Los tres serbios asesinados el pasado viernes en Bolivia, en un asalto de presuntos narcotraficantes, habían ido a América Latina a trabajar como guardaespaldas de uno de los principales cabecillas traficantes de droga "por recomendación" de un jefe mafioso serbio, aseguran hoy los medios serbios.
El diario "Novosti" no revela el nombre del mafioso, pero asegura que se trata de un traficante serbio de cocaína "de alta reputación en carteles latinoamericanos".
Según la fuente, en Bolivia murieron Bojan Bakula, de 28 años, y Sasa Turcinovic, de 40, ambos de la ciudad noroccidental serbia de Ruma, donde tenían una agencia para protección de personas e instalaciones, y Predrag Cankovic, de 37 años, un serbio de Bosnia.
Cankovic participó en la guerra bosnia (1992-1995) y en la de Kosovo (1998-1999), y Turcinovic también estuvo en el conflicto kosovar como miembro de una unidad especial de la policía.
"Novosti" agrega que los ex combatientes de las guerras de secesión de la antigua Yugoslavia se cuentan "entre los más buscados en el mundo" para trabajos de protección de personas.
Otro diario serbio, "Press", asegura que en Bolivia y Colombia hay ahora más de medio centenar de serbios que trabajan como guardaespaldas de los jefes de clanes narcotraficantes, y otros tantos se emplean en las mismas actividades en otros países del continente.
Por sus servicios podrían ganar entre 10.000 y 30.000 dólares al mes, según fuentes de "Press".
La prensa bosnia también escribe sobre el asesinado Cankovic, y cita a su madre, Mileva Cankovic, quien dice que no ha recibido aún confirmación oficial sobre la muerte de su hijo.
"Su mujer me dijo de su muerte, me dijo que Predrag fue asesinado. Había visto la noticia en Internet y vio su foto (...).
Mi hija, que vive en Belgrado, estuvo en la Policía, pero nadie pudo confirmar la información", manifestó.
Mileva Cankovic señaló que no sabía que su hijo se había ido a Bolivia, pues al partir sólo le había dicho que se "iba de viaje", sin precisar adónde, y se mostró incrédula de que Predrag se hubiera dedicado a negocios ilegales con la droga.
Seis personas murieron -tres serbios y tres bolivianos- el pasado viernes en un asalto perpetrado por supuestos narcotraficantes en la región oriental de Santa Cruz (Bolivia). Una tercera persona fue secuestrada.
Según la información difundida por los medios serbios, los atacantes armados, que torturaron a las víctimas antes de ejecutarlas, secuestraron al boliviano William Rosales Suárez, un cabecilla de una banda narcotraficante, supuestamente para cobrar una recompensa de un millón de dólares.
La Policía serbia anunció que espera recibir pasaportes y huellas dactilares de los serbios asesinados antes de informar oficialmente sobre la identidad de esas personas.
El ministro serbio del Interior, Ivica Dacic, manifestó recientemente que Serbia cerrará, previsiblemente en junio, acuerdos bilaterales con varios países de América Latina en materia de lucha contra la criminalidad organizada y el narcotráfico, para facilitar la cooperación en estos campos.
Dacic reconoció que muchos grupos criminales del territorio de la antigua Yugoslavia actúan ahora desde América Latina.
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