Migración interna

Esta medida exige un plan integral, pero coordinado, no centralizado.


Si se considera la suma de ofertas realizadas por la administración de Evo Morales, hay opiniones que dudan de que los anhelosos planes relacionados con la migración planificada, esta vez sí, se harán efectivos y, lo más importante, que serán un éxito.
La flamante apuesta del Gobierno llega de la mano de un viejo conocido, Juan Ramón Quintana, ex ministro cuyas actuaciones en el pasado son conocidas y también cuestionadas por la opinión, incluso, cierto rechazo dentro de las organizaciones sociales. No sorprende tanto su designación, por decreto, como presidente de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas, si él mismo encabezó el operativo Bernardino Racua. De esta primera y única experiencia de traslado de habitantes de una región a otra, se sabe que las necesidades básicas de la población, pese a las promesas,  han sido difíciles de satisfacer plenamente.
Todavía es pronto para sacar conclusiones, pero el caso de las familias chapareñas instaladas a 190 kilómetros de Cobija, en el fondo, podría ser positivo. Aunque queda mucho camiono para mitigar las incomodidades que todavía deben soportar los migrantes, o contrarrestar las evidencias de que se hubiese tratado de una medida política para incrementar el caudal de votos en Pando. El tiempo lo dirá.
En la idea de una seguidilla de colonizaciones, paradójicamente en tiempos de descolonización, no deja de llamar la atención la rapidez con que fue llevada adelante la decisión gubernamental. Frente al nuevo reto de Quintana, surgen varias preguntas: ¿Se prepararán con anticipación estudios de impacto socioeconómico y ambiental de los movimientos de población hacia la frontera? Por otro lado, ¿les importarán los sentimientos de la gente con la promesa de que mejorará su situación y la de sus familias? ¿Y sus intereses? ¿Dónde quedará el sentido de pertenencia?
A las fronteras —que no son todas iguales— hay que comprenderlas. Esta medida exige un plan integral, pero coordinado, no centralizado. Siendo lo principal el fortalecimiento de las fronteras para luchar contra las actividades ilícitas, da la impresión de que se está descuidando a las personas. Está muy bien atacar al narcotráfico y al contrabando de manera frontal, evitando que en ese propósito, a título del bienestar nacional, se sacrifique la optimización de la calidad de vida de los colonizadores.

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