Batucadas, sambas y bossa novas interpretadas en vivo por el grupo musical Matamba, frías caipiriñas y la proyección del filme No meu lugar, del cineasta Eduardo Valente, sirvieron de marco para la inauguración de un nuevo ciclo de cine brasileño en La Paz.
La cita, a la que acudieron decenas de artistas, productores, y cinéfilos brasileños y bolivianos, se llevó a cabo el miércoles en el lobby de la Cinemateca.
Mientras los asistentes se ubicaban para la presentación, el agregado cultural de la Embajada del Brasil, Evandro de Barrios Araujo, les daba la bienvenida y anunciaba la película que —según informó— reflejaba la vida de tres parejas en Río de Janeiro.
El director Eduardo Valente, con un simpático acento español mezclado con portugués, expresó su agradecimiento por iniciar el ciclo de películas que desde ese miércoles y por espacio de seis semanas también podrá apreciar el público paceño. La alegría y el carisma (típicas de la gente del hermano país) y la música de fondo contagiaron en poco tiempo a los asistentes, quienes no tardaron en ensayar pasos de samba o corear el conocido estribillo Oh qué será, qué será, de una de las canciones brasileñas más famosas. En el brindis, algunos invitados afirmaron que la velada los transportó por unos minutos al calido país.
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