Transformaciones en la Policía Nacional

Cada país tiene una realidad objetiva y es en ese marco que actúa respecto a sus instituciones. La Policía es una de ellas y como institución encargada de preservar el orden público asume desafíos para cumplir el mandato constitucional y las normas internas.
La Policía Nacional enfrenta, desde hace años, una crisis interna que la ha situado en niveles deplorables respecto a la confianza ciudadana que le reprocha la corrupción.
Desde hace mucho tiempo, y en diferentes administraciones gubernamentales, se ha hablado sobre la necesidad de realizar cambios profundos en la institución, primero, para cambiar la mentalidad de sus miembros y segundo para mejorar la seguridad ciudadana. Resultaría sin embargo injusto no reconocer que en la Policía existen oficiales y guardias meritorios que hacen frente al crimen todos los días en condiciones limitadas.
La Policía encierra muchos problemas que están socavando progresivamente su valor institucional y por ello muchas veces se ha demandando del Gobierno que haga algo, es decir que aplique planes de reforma.
Hace poco la Policía ha cumplido 184 años de creación y durante los actos centrales de conmemoración, el presidente Evo Morales ha exhortado a erradicar toda forma de corrupción y de encubrimiento a algunos policías que desprestigian a la institución.
Es comprensible la preocupación del Presidente del Estado Plurinacional porque durante los últimos meses varios policías han sido vinculados con casos de narcotráfico y atraco a mano armada. Lo que también se tiene que tomar en cuenta y posiblemente a ello se refiere el Presidente cuando habla de casos de encubrimiento es a esa especie de protección a ciertos jefes policiales que se han visto involucrados en casos tan graves como el de Epizana, donde fueron linchados por pobladores un grupo de policías y donde además no hubo oportuno auxilio policial de parte de los comandantes departamentales en el momento en que ocurrieron los acontecimientos.
De cualquier modo es innegable la existencia de círculos que internamente en la institución tienen poder para proteger o para encubrir situaciones que dañan la moral policial.
Otra revelación importante que ha formulado el comandante de la Policía, general Oscar Nina, es la aplicación de un Plan Anticorrupción "Punto Final" que englobe también un proceso de transformación sobre los principios del policía, de la revolución del cambio y del pueblo.
Da la impresión que son dos aspectos diferentes. Por un lado una lucha interna contra la corrupción que tiene que ver con aspectos puntuales sobre mejores métodos administrativos para el control y fiscalización, sobre cómo evitar que los policías caigan desde la corrupción mayor, hasta la más simple como las "coimas" diarias, y un cambio total de mentalidad en la concepción del servicio a la sociedad. Por el otro está ideologizar a la Policía en torno al proceso de cambio y los principios del "policía de la revolución", como ha dicho el comandante Nina.
Lo importante está ahora en esperar mayores explicaciones sobre el plan Punto Final, conocer si la seguridad ciudadana, si la confianza de la gente en la Policía, pasa por la formación de policías de la revolución, o tiene que ver con reformas estructurales en cuanto a salarios, medios y condiciones materiales y que comprenda también una reorganización que comience por desterrar los grupos de poder que se han constituido desde casi siempre y que rotan en cada una de las gestiones superiores de los comandos generales de la Policía..

Nota : Opinion

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