En su informe mundial sobre trabajo infantil, que se publica cada cuatro años, la OIT aseguró que el número de menores trabajadores disminuyó de 222 millones a 215 millones durante el período 2004-2008, es decir un tres por ciento.Sin embargo, esa cantidad representa una desaceleración en el ritmo de reducción de ese fenómeno social, por lo que advirtió que los esfuerzos para eliminar las peores formas de empleo infantil pierden fuerza.El director general de la OIT Juan Somavia exhortó en el texto revitalizar la campaña mundial para erradicar esa práctica, ante la preocupación de que la crisis económica mundial pueda frenar el avance hacia el objetivo de eliminarla para 2016.De acuerdo con el informe, ese fenómeno involucra no solo a países subdesarrollados, sino también a las llamadas naciones en desarrollo y a las más industrializadas.Presentado en un simposio presidido por el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, el reporte denunció la venta de menores de edad y formas de abuso cercanas a la esclavitud. También denunció formas como el empleo de niños como soldados y en el tráfico de estupefacientes, o la explotación sexual.El texto resalta que la mayor parte de los menores explotados se concentra en Asia y el Pacífico, donde suman 113,6 millones, mientras en África subsahariana hay otros 65 millones, en tanto el problema también está presente en Europa.Según el comunicado, la OIT aprovechará el comienzo de la Copa Mundial de Fútbol para conmemorar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, con el llamamiento urgente de "marca un gol". El objetivo es recuperar la velocidad en el avance de la erradicación de esa práctica.Situación en Bolivia"Más de 800 mil niños, niñas y adolecentes están involucrados en alguna forma de trabajo infantil en Bolivia y esa es una razón de preocupación porque son explotados, ya sea en la minería, zafras, trabajo domestico, y otras diferentes modalidades de informalidad en el mercado laboral que constituyen fuentes de reclutamiento de infantes", señaló Wolfgang Friedl, especialista en Comunicación de UNICEF.
Indicó que el trabajo infantil es producto de la necesidad de las comunidades, la pobreza, permisividad social, falta de oportunidades, falta de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la educación.
Sostuvo que, debido a esos factores, los infantes del área rural trabajan cerca de 40 horas por semana y que en el área urbana excede las 40 horas, lo que vulnera las normas.
Friedl precisó que las consecuencias del trabajo infantil son de tipo social porque profundiza la desigualdad, viola los derechos fundamentales de la infancia y adolescencia; de tipo físico porque expone a los infantes a enfermedades crónicas y de tipo económico por la pérdida de un promedio de dos años de escolaridad, que significa un 20% menos de salario durante su vida adulta.
En esa línea, el representante de UNICEF convocó a la población boliviana a tomar conciencia sobre el trabajo infantil y el derecho a la educación de ese sector. "Si existe la necesidad de que un infante trabaje no le quitemos al niño el derecho a iniciar y terminar la educación", manifestó.
Según el artículo 142 del Código del Niño, Niña y Adolescente, que establece los 14 años como edad mínima laboral, con una jornada laboral de máximo ocho horas diarias, con intervalos de descanso y horario especial para su asistencia a la escuela y estudios.
El 12 de junio próximo se celebra el Día Mundial contra el trabajo infantil, bajo el lema "Metamos un gol: erradiquemos el trabajo infantil y la explotación del trabajo adolecente".
Indicó que el trabajo infantil es producto de la necesidad de las comunidades, la pobreza, permisividad social, falta de oportunidades, falta de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la educación.
Sostuvo que, debido a esos factores, los infantes del área rural trabajan cerca de 40 horas por semana y que en el área urbana excede las 40 horas, lo que vulnera las normas.
Friedl precisó que las consecuencias del trabajo infantil son de tipo social porque profundiza la desigualdad, viola los derechos fundamentales de la infancia y adolescencia; de tipo físico porque expone a los infantes a enfermedades crónicas y de tipo económico por la pérdida de un promedio de dos años de escolaridad, que significa un 20% menos de salario durante su vida adulta.
En esa línea, el representante de UNICEF convocó a la población boliviana a tomar conciencia sobre el trabajo infantil y el derecho a la educación de ese sector. "Si existe la necesidad de que un infante trabaje no le quitemos al niño el derecho a iniciar y terminar la educación", manifestó.
Según el artículo 142 del Código del Niño, Niña y Adolescente, que establece los 14 años como edad mínima laboral, con una jornada laboral de máximo ocho horas diarias, con intervalos de descanso y horario especial para su asistencia a la escuela y estudios.
El 12 de junio próximo se celebra el Día Mundial contra el trabajo infantil, bajo el lema "Metamos un gol: erradiquemos el trabajo infantil y la explotación del trabajo adolecente".
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