Bolivia celebra que se corrija una "injusticia" al reconocer derecho al agua

El Embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, celebró ayer que la Asamblea General de la ONU corrigiera "una injusticia" al adoptar una resolución propuesta por su país que reconoce el agua potable y los servicios sanitarios básicos como un derecho humano.



"Esto es evidentemente histórico, y a partir de hoy podremos decir en las Naciones Unidas que el agua y el saneamiento son derechos humanos", dijo el diplomático boliviano tras la reunión del órgano de Naciones Unidas.
Solón señaló que con la decisión de hoy se aborda un asunto "esencial para la vida que, por una serie de intereses particulares, no fue reconocido como un derecho humano".
"Era una suerte de injusticia con los derechos humanos que la educación, el trabajo y la seguridad social fueran reconocidos como derechos humanos, algunos desde 1948, y el agua, que es esencial para la vida, no lo fuera", valoró.
El Embajador destacó que la iniciativa boliviana recibiera el respaldo de 122 países, más de dos tercios de los que estaban presentes en la sala, y ningún voto en contra.
Al mismo tiempo, lamentó que 41 países se abstuvieran, lo que impidió que la medida fuera adoptada por unanimidad.
Para el Embajador, la resolución "tiene grandes implicaciones", ya que hay "más personas mueren por enfermedades relacionadas con el agua contaminada que por las guerras".
Por ello, consideró que la aprobación del texto representa "un fuerte empuje" a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y será un asunto central en la cumbre sobre esas metas que se celebrará el próximo septiembre en la sede de Naciones Unidas.
En su opinión, obligará a los Gobiernos y a la comunidad internacional a incrementar sus esfuerzos para garantizar el acceso universal al agua potable.
Solón lamentó que se registrara un alto número de abstenciones, aunque destacó que el hecho de que no hubiera ningún voto en contra implica que la medida se adoptó por "consenso".
Los países que se abstuvieron de votar, entre ellos EE.UU., Suecia, Dinamarca, Japón o Reino Unido, se quejaron de que los promotores del escrito rechazaron las modificaciones propuestas.
También consideraron que la resolución interfiere en los trabajos en esta materia de la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra y señalaron que carece de sustento jurídico suficiente.
El Embajador afirmó que estas explicaciones "no son ciertas", ya que, según dijo, se atendieron todas las opiniones que no buscaban modificar el contenido fundamental del documento.
"La propuesta que no hemos atendido es la que nos decía que no había que declarar el derecho al agua y al saneamiento como un derecho", subrayó.
Al mismo tiempo, indicó que el texto aprobado refleja y refuerza el proceso que se lleva a cabo en Ginebra, por lo que lamentó que "algunos Estados recurran a argumentos sobre procedimientos para escudar su oposición a un tema sustantivo como es el derecho al agua".
En su opinión, había llegado el momento de poner fin a un debate de más de dos décadas de duración.


Nota : Jornada

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