Gobierno acusa de extorsionista a quien develó nexos de Schmidt

Querella: El Gobierno demandó al ex viceministro Gustavo Torrico y a otras tres personas por cinco delitos, entre ellos extorsión. 

El Gobierno acusó ayer al ex viceministro de Régimen Interior y Policía, Gustavo Torrico, de pretender extorsionar a las colonias de menonitas asentadas en el departamento de Santa Cruz. El sindicado develó la relación que el alemán Dirk Schmidt mantenía con el oficialismo. 

El jueves 8 de julio, Schmidt fue aprehendido en poder de un arsenal que su abogado defensor Otto Ritter calificó como armas deportivas, y desde entonces está recluido en Palmasola, imputado de sedición, alzamiento armado y organización criminal. 

Ayer, en conferencia de prensa, el ministro de la Presidencia, Óscar Coca, informó que a raíz de presuntas irregularidades, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, abrió una querella penal contra Torrico por la comisión de los delitos de organización criminal, impedir o estorbar el ejercicio de funciones, legitimación de ganancias ilícitas y estafa. 

“Tenemos la percepción de que (Torrico) estaba pretendiendo organizar o estructurar un grupo que buscaba extorsionar a la comunidad menonita”, dijo la autoridad, aunque no presentó pruebas de sus afirmaciones. 

El aludido no tardó en reaccionar. “Desenmascaré el juego que hacía el Gobierno contra Dirk Schmidt, y ahora Llorenti sale contra otra cosa. ¿Qué es lo que esconde?”. 

Coca señaló que el ayudante de órdenes de Torrico, teniente Christian Sánchez, recibió la instrucción de viajar a Santa Cruz de la Sierra el 6 de julio pasado para reunirse con Luis Fernando Prado y Dirk Schmidt a fin de entrevistarse con la directora departamental de Migración, María Paola Ferrufino. 

En ese encuentro, los tres le comunicaron que el entonces Viceministro dispuso que Prado sea responsable de dirigir un equipo de brigadas móviles para regularizar la situación migratoria de las colonias menonitas asentadas en esa región. 

La ex autoridad negó que los hechos se hubieran producido de esa manera, y admitió haber ordenado a su edecán que viajara a Santa Cruz para advertir a Ferrufino que tramitadores y abogados extorsionaban a los colonos. 

Esa reunión, indicó, duró sólo tres o cuatro minutos, durante los cuales el oficial de la Policía advirtió de los chantajes que sufrían los colonos. 

Negó que Schmidt hubiera ido por orden suya, sino que se encontraba casualmente en Migración cuando su asistente y Prado llegaron a esas dependencias e ingresaron juntos al despacho. 

Torrico agregó que “Schmidt y la Directora se saludaron por su nombre y después de que el teniente Sánchez salió, se quedaron Prado y el súbdito alemán”. 

Calificó a Prado como un “compañero”, a quien dijo que visitó a principios de julio en su despacho y que estaba inquieto por la extorsión a los menonitas. 

“Ese informe al que aludió el ministro Coca fue solicitado el 7 de julio, y el 8 de julio sostuve una reunión con el ministro Llorenti, al que le aclaré todo. Aclaramos la participación de todos”. 

El Ministerio de Gobierno emitió en mayo una resolución que obliga a los aproximadamente 150.000 menonitas a regularizar su situación migratoria, por lo que, según Torrico, éstos eran víctimas de extorsión. La disposición les permite tener documentos migratorios en regla válidos por dos años. 

Los embajadores de los países de origen de los colonos solicitaron en una reunión con el Ministerio de Gobierno que no se permitiera ese extremo. 

El memorial de la demanda presentada por Llorenti, dirigida contra Schmidt, Sánchez y Prado, y ampliada contra Torrico, refiere que el alemán participó el 9 de junio en una reunión para planificar el operativo de recuperación de tierras fiscales en San Ignacio de Velasco, que se realizó entre el 15 y el 20 de ese mes. 

Dirk Schmidt se presentó como coordinador del Ministerio de Gobierno y aseguró que esa cartera de Estado había dispuesto un presupuesto para la acción del desalojo de los invasores. 

Torrico retrucó: “Eso es mentira, yo presidí esa reunión. Dicen también que Dirk Schmidt actuó dolosamente para conseguir dinero, pero después del desalojo quedaron 30 policías para prevenir una retoma en el lugar y nos enteramos que nadie había previsto su alimentación. Los hombres estaban sin comer. Entonces, con su dinero, él compró ocho ollas y les llevó personalmente la comida. Es una persona que está comprometida con el proceso de cambio”. 

El funcionario destituido reveló que el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) le pidió posteriormente que “colabore con las gestiones que se hacían para desactivar el conflicto del Movimiento Sin Tierra. Era lógico. Si iba gente desconocida, hasta podía ser lastimada, pero él fue con agentes de inteligencia que recabaron información en el lugar”. 

Después de lograr su objetivo, la Policía dejó 30 efectivos en el lugar, pero nadie se acordó de su alimentación y fue Schmidt, según el ex viceministro Torrico, quien, con su dinero, compró ocho ollas grandes y comida que llevó desde Santa Cruz a esa localidad en su propio vehículo. 

“¿Cómo pueden decir que este señor buscaba beneficios económicos si aportó dinero de su propio bolsillo? Realmente es una persona comprometida con el proceso de cambio”. 

Torrico anunció que, pese a no haber sido notificado, se presentará voluntariamente este lunes a prestar sus declaraciones informativa s ante la Fiscalía. 

“Es la segunda fase de los conflictos internos del MAS” 

Ésta es la segunda fase de los conflictos internos del Movimiento Al Socialismo (MAS). La primera fue ideológica, que se tradujo en disidencias, como las de Filemón Escóbar, Román Loayza o Félix Patzi. Al abandonar las filas del MAS, los disidentes denunciaron el autoritarismo de los principales dirigentes del MAS. 

La segunda fase de los conflictos internos del MAS ya no tiene características ideológicas, sino que son protagonizadas por grupos de poder vinculados a intereses. Estos grupos se organizan en clanes para luchar por espacios de poder en el aparato del Estado. 

Estos grupos son dirigidos por personalidades que buscan copar los espacios de otros. Entonces se generan relaciones malsanas entre los militantes de la tienda política. 

Son conflictos que revelan que el MAS no es actualmente una organización vigorosa. 

Los conflictos de una tercera fase han comenzado ya a insinuarse, y en ella valdrán todos los medios posibles para enfrentar al rival interno. Habrá comportamientos poco leales entre masistas. Es más o menos lo que se observa entre los colonizadores de Caranavi. Los dos sectores pertenecen al MAS, pero están enfrentados, y esas diferencias se resuelven con violencia. 

Otros conflictos se revelan como intrigas y se expresan en las altas esferas como en niveles intermedios. Surgen caudillos locales que chocan con otros, pero tienen un común denominador: nadie daña la figura de Evo Morales, quien ya se quejó de sus dirigentes y parece haber perdido el control de algunas cosas. Cuando los problemas lo afecten, el MAS se resentirá verdaderamente. 


Nota : La Prensa

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