PNUD sitúa a Bolivia como el país más desigual en Latinoamérica

San José/ La Prensa y agencias.- Un informe regional de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentado ayer en San José (Costa Rica), sitúa a Bolivia como el primer país con mayor desigualdad a escala latinoamericana y en el mundo se encuentra entre los tres primeros. 

A Bolivia le siguen Haití, Ecuador y Brasil, mientras que Uruguay, Costa Rica, Venezuela y Argentina son los más igualitarios. Los datos indican que Latinoamérica se mantiene como la región más desigual del mundo, porque diez de los 15 países con mayor disparidad del planeta se ubican en esta zona. 

Isidro Solaga, coordinador del informe, explicó que el fenómeno de la desigualdad latinoamericana es complejo, pero obedece a una “herencia generacional” y al mal diseño de políticas públicas, que se limitaron al combate a la pobreza. 

Además comenta que Latinoamérica es un mosaico de realidades políticas y sociales diferentes, pero comparte el reto de la desigualdad. 

El reporte dice que Bolivia es el más dispar de América Latina, tiene el mismo nivel de desigualdad que Camerún y Madagascar, y con un índice de Gini (medición de desigualdad) de 60 y se ubican como los tres países más desiguales del mundo. 

Haití mantiene una situación de desigualdad comparable con la de Sudáfrica y Tailandia, todos con 59 puntos en el coeficiente de Gini. 

Brasil y Ecuador, los siguientes países con mayor desigualdad (índice 56), superan a naciones como Uganda (índice 55), que tiene el mismo nivel de disparidad en las condiciones de vida de su población que Honduras, Panamá, Paraguay, Chile, Colombia y Guatemala, superando a Botsuana, Etiopía y Nepal. 

Incluso los países menos desiguales de Latinoamérica: Uruguay, Costa Rica, Venezuela y Argentina, mantienen niveles de disparidad muy elevados (más de 45) si se comparan con los coeficientes de Europa oriental (entre 24 y 43 puntos), y aun más con los países desarrollados, cuyo pico lo tiene Portugal, con un índice de 41. 

La herencia de las condiciones de vida de una generación a otra es palpable y preocupante en Latinoamérica, y demuestra que muchas de las políticas para favorecer la movilidad social han sido ineficaces. 

La desigualdad es clara en casi todos los niveles. La diferencia en el acceso al agua entre la población de mayor y menor ingreso en Perú es del 57%, seguida por Nicaragua (52%) y El Salvador (45%), mientras que en Uruguay es de apenas 2%, y en Costa Rica y Argentina, del 4%. 

En Bolivia, los grupos más ricos tienen un acceso a la electricidad 64% mayor que los más pobres. En Honduras, la diferencia es de 58% y en Perú llega al 55%, pero en Chile y Venezuela, ambos grupos tienen prácticamente el mismo acceso. 

Si se divide a Latinoamérica por subregiones, no hay grandes diferencias, aunque el Cono Sur es la región con menos desigualdades, y la región andina, la de más disparidades sociales. 

Otro elemento común en toda Latinoamérica es que las mayores víctimas de la desigualdad son las mujeres, así como los indígenas y afrodescendientes. 

Entre los grupos pobres que viven con menos de un dólar por día, los indígenas y afrodescendientes doblan en promedio a los eurodescendientes, y las mujeres son mayoría entre los trabajadores informales, además de trabajar más horas. 


Nota : La Prensa

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