Una maquinaria de equipo pesado procedió a derribar paredes de ladrillos, maderas y calaminas que fueron utilizadas por los damnificados en la construcción de las viviendas. El fiscal, Germán Quesada en coordinación con efectivos policiales dieron cumplimiento a la orden judicial.
Una mujer que observó impotente la caída de las paredes de su casa, indicó que ella pagó por el terreno. “Compramos a un tal Chino”, expresó. Por su parte, el fiscal Quesada, manifestó que no es la primera vez que los supuestos avasalladores son sacados por la fuerza de esa zona.
Aunque el desalojo fue de manera pacífica, algunos de los vivientes no se resignan a perder el terreno y su inversión.
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