Los pandilleros son liberados por falta de denuncia.
Los vecinos del barrio 4 de Febrero, zona de la Pampa de la Isla claman al presidente del Estado Plurinacional Evo Morales que ponga un "freno" a las pandillas que mantienen en vilo a los habitantes de esa zona. "Quisiera pedir al señor presidente que haga algo porque el es pobre y sabe el dolor de los pobres", dijo con lagrimas en los ojos Trinidad Zúñiga, madre de José Eduardo Zúñiga de 19 años que murió el año pasado a manos de los pandilleros.
"Ellos (pandilleros) andan con todo lo que pueden, agarran botellas, quiebran botellas, a ellos no les interesa nada con tal que cometan sus objetivos", manifestó Trinidad Zúñiga que tiene cuatro hijos.
Recientemente cerca de 20 jóvenes integrantes de la pandilla los Sonrisas, estuvieron a punto de golpear salvajemente a un joven identificado como Pedro, integrante supuestamente de la pandilla los Dragones. El joven Pedro tuvo que refugiarse en su casa para evitar ser agredido.
Sin embargo el que no se salvo de ser agredido por los pandilleros fue Carlos Montero Velarde de 46 años, que salió a defender a su hijo Pedro que era perseguido por pandilleros. Montero recibe atención en la clínica Buena Salud como consecuencia de las heridas en la cabeza, la cara y el cuerpo.
Un joven de nombre Reinaldo Sita que vive por el barrio, contó que los pandilleros están armados con pistola, cuchillos y hasta bates. "Espero que lo agarren los policías a los pandilleros porque son locos", dijo preocupado.
Los vecinos piden tambien que la policía actué y evite la proliferación de pandilleros pero lamentablemente no tienen una respuesta. "Uno llama a la policía y la poco o nada hace, lo primero que dicen es que no hay combustible", expresó Trinidad Zúñiga.
Recientemente cerca de 20 jóvenes integrantes de la pandilla los Sonrisas, estuvieron a punto de golpear salvajemente a un joven identificado como Pedro, integrante supuestamente de la pandilla los Dragones. El joven Pedro tuvo que refugiarse en su casa para evitar ser agredido.
Sin embargo el que no se salvo de ser agredido por los pandilleros fue Carlos Montero Velarde de 46 años, que salió a defender a su hijo Pedro que era perseguido por pandilleros. Montero recibe atención en la clínica Buena Salud como consecuencia de las heridas en la cabeza, la cara y el cuerpo.
Un joven de nombre Reinaldo Sita que vive por el barrio, contó que los pandilleros están armados con pistola, cuchillos y hasta bates. "Espero que lo agarren los policías a los pandilleros porque son locos", dijo preocupado.
Los vecinos piden tambien que la policía actué y evite la proliferación de pandilleros pero lamentablemente no tienen una respuesta. "Uno llama a la policía y la poco o nada hace, lo primero que dicen es que no hay combustible", expresó Trinidad Zúñiga.
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