Lenta reactivación de zonas auríferas

Situación. En San Ramón, los bateadores son los más afectados por la intervención estatal. El Gobierno asegura que trabas técnicas y financieras atrasan la conformación de las cooperativas


Olvido. En este centro de explotación aurífera, conocido como Las Limas, sólo quedan algunos rastros de que en ese lugar un ejército de bateadores llegaban con la esperanza de robarle al barro y al agua unos gramos de oro


El lugar parece estar adormecido. Los comercios no tienen clientes, los mototaxistas están parados a las ‘pesca’ de un pasajero, la fiebre del oro, columna vertebral del municipio cruceño de San Ramón, de forma súbita se ha paralizado, producto de la intervención estatal. Sus pobladores andan desorientados buscando como ganarse el pan de cada día.
El 6 de octubre, en un operativo conjunto entre el Ministerio de Minería, la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y las Fuerzas Armadas (FFAA), se intervino los centros auríferos de San Ramón con el propósito de controlar su explotación y comercialización, ya que, según el Gobierno, esta actividad se desarrollaba de forma ilegal.
La promesa estatal de reactivar esta actividad económica hasta el momento no se concretó y, según la presidenta del Comité Cívico de San Ramón, Guadalupe Ordóñez, esta lentitud ha provocado que la situación económica del lugar se encuentre en terapia intensiva.
Al respecto, desde el Ministerio de Minería reconocieron que la burocracia para lograr reactivar la explotación aurífera en el norte de La Paz, Pando, Beni y la Chiquitania cruceña genera lentitud en el otorgamiento de licencias y nuevas concesiones.
El Viceministerio de Desarrollo Productivo, dependiente del Ministerio de Minería, indicó que para volver a trabajar en estas regiones es requisito fundamental que los interesados formen cooperativas o se asocien, pues de ninguna manera van a permitir un trabajo desordenado y fuera de la ley como se estaba realizando.
Mientras camina bajo un sol que lastima la piel, Ordóñez, que es consciente de los nuevos reglamentos, remarcó que sin la explotación aurífera San Ramón se muere, pues el lugar no es apto para la ganadería ni para la agricultura.
“Los mayores perjudicados son los bateadores que buscan algunos gramos de oro en los huecos con agua que dejan las dragas. Ahora estas personas,  que deben sumar unas 700, no tienen dónde trabajar y eso el pueblo lo siente”, indicó Ordóñez.
Hablar con los bateadores es el objetivo. A cinco kilómetros de San Ramón se encuentra Las Limas, un inmenso lugar lleno de cráteres con agua, donde hace tres meses cientos de bateadores y varias dragas trabajaban; ahora el panorama es desolador, restos de tubos, algunos tanques  para almacenar combustible y una retroexcavadora que su dueño bloqueó para que el Ejército no se la lleve son los rastros de que alguna vez  el oro fue la pasión del lugar.
Avanzamos un poco más y llegamos a El Clavo, un centro minero que usaba el sistema de la molienda para encontrar el metal precioso; apenas apagamos el motor del vehículo nos salen al paso varios militares y el sargento primero Teófilo Kapa, que nos pide documentos y luego llama a su superior; después de varios minutos sale y con una amplia sonrisa nos dice que podemos pasar.
El lugar se encuentra lleno de inmensas rocas y Ernesto Montaño, encargado de cuidar la maquinaria del lugar, lamenta la actual situación y nos asegura que los bateadores vienen al lugar a probar suerte.
Cinthia Mafaile rastrea las pequeñas rocas y asegura que por día no se lleva más de Bs 20, cuando antes llegaba a juntar Bs 150.
Marina Chuvé, junto a su hijo de 10 años, Silver Chuvé, le dan pelea al mal momento. “Necesito llevar algo a mi casa, aunque sea medio gramo, si no  ¿qué les doy de comer a mis hijos?”, sostiene mientras lava la tierra de su batea de madera.
Ignacio Palachay, algo resignado, mira a su joven hija y trata de no llorar. “Señor, qué le puedo decir, desde que tengo memoria siempre trabajé buscando oro. Ahora no sé qué hacer”, dice y baja la mirada.
En San Ramón el gramo de oro no se paga a más de Bs 200 cuando antes su precio era de Bs 250.

   Detalles  
- Temor. Los comerciantes de la principal avenida de San Ramón, que habitualmente compraban oro a los bateadores, ahora son reacios a adquirir este metal, por temor a ser cuestionados por alguna autoridad del Gobierno.

- Comercio. En este pueblo todo gira en torno al oro. Por eso, los locales de venta de ropa, las ferreterías, los restaurantes y hasta los hoteles se encuentran vacíos. Ever Claros, que vende distintos productos alimenticios,  indicó que las ventas cayeron un 60%, pues las personas no tienen dinero suficiente.

- Situación. Para las autoridades locales, una de las mayor preocupaciones es el estado del coliseo, dado que desde que se realizó la intervención a los centros auríferos el personal militar se encuentra alojado y, de acuerdo con el Comité Cívico de San Ramón no hay un cuidado de sus instalaciones.

- Recursos. Para los bateadores, la traba principal para poder organizarse es la falta de capital que les permita conseguir personería jurídica y contratar a un especialista técnico para que los asesore.

- Costos. Según Óscar Rivero, para conformar una cooperativa se necesitan $us 3.000 que se destinan a obtener la concesión minera y luego se debe gastar $us 1.000 para conseguir el perfil del proyecto.                       A la Comibol se le debe pagar $us 1.300 y otros $us 3.000 para obtener la ficha ambiental. Por lo que para los grupos con pocos recursos cumplir con estas normas es muy complicado.

- Acuerdos. Las autoridades del Gobierno se comprometieron a proporcionar de forma detallada el listado de concesiones mineras en el municipio de San Ramón, nombres de sus titulares, números de cuadrículas o pertenencias mineras.

- Actividad. En su momento, el director de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), Juan Ramón Quintana, indicó que el trámite para la otorgación de concesiones dura de uno a tres años, pero en el caso de las concesiones observadas la autorización se tramitó en un período de dos a cuatro meses.

   Entrevista  
“La legalidad es lo más importante”
Freddy Beltrán / Director de Minas
-Ya pasaron varios meses desde la intervención del Gobierno a estos centros mineros. ¿Cuál es la situación actual?
- Tenemos constantes reuniones con los dirigentes de las localidades donde está presente el control estatal. Se les explica que ya no podrán trabajar de forma desordenada y fuera del marco de la ley.
-¿Pero se ha logrado reactivar la explotación aurífera bajo las nuevas normas del Gobierno?
No. Todavía no se pudo lograr es la reactivación.
- ¿Por qué?
-Se debe reconocer que los requisitos que deben presentar los interesados son complejos, pues necesitan la aprobación de varias entidades. Además, tienen que ir hasta La Paz para realizar esos trámites y muchas organizaciones no cuentan con los recursos suficientes para cumplir con las obligaciones.
-¿Qué van a hacer al respecto?
En San Ramón tuvimos una reunión en la que Comibol se compromete a dar viabilidad y flexibilidad a la documentación presentada por las cooperativas que formaron. Asimismo, se va a formar una comisión multidisciplinaria de asesoramiento técnico minero que deberá estar trabajando hasta el 31 de enero.
-Pero algunos bateadores insisten en trabajar de forma independiente y sin control.
- Eso ya no es posible. Todos, sean pequeños, medianos o grandes empresarios del oro o bateadores, deben agruparse. Pues en este nuevo modelo de explotación, la organización y la legalidad son lo más importante.

   Cifras   
Militares
2.000
Ésta fue la cantidad de efectivos que estuvieron a cargo el 6 de octubre de la intervención en San Ramón y San Simón (Beni).
San Ramón- cada año
30 kg
Según el Gobierno, ésta era la cantidad de metal que extraían cada una de las 37 empresas. El kilo se vendía a $us 40.000.

Áreas de explotación
24
Ésta es la cantidad de propiedades que el Gobierno intervino en San Ramón. La mayoría eran de propiedad brasileña.

Recursos en millones
$us 2
Según Quintana, director de la Ademaf,  esto es lo que necesita la Empresa Boliviana del Oro para vender y refinar el metal.



Nota: el deber
 

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