Luego del saqueo y el destrozo de centros comerciales en las calles centrales de Llallagua, las tiendas amanecieron con las persianas de metal dañadas y los vidrios rotos. El negociante Osvaldo Pinaya comentó a la Razón que él perdió miles de bolivianos en los sucesos de la víspera. "Tenemos un negocio de venta de celulares y han venido a robarnos todo. Hemos querido defendernos pero eran muchos y han venido con intenciones de robar traían barrenos y patas de cabra". No fue el único damnificado, según el recorrido de este medio, casi medio centenar de negocios y casas fueron afectados.
Hoy, desde las primeras horas de la mañana, los pobladores de Llallagua salieron a la Plaza de Armas para convocar a la autodefensa. Mediante un altoparlante y con petardos se reunieron unas 200 personas.
Otro grupo organizó una marcha que empezó en las cercanías de la Alcaldía y acabó en la Plaza de Armas. Al mismo tiempo, se escucharon dinamitazos casi cada media hora. Ayer, los ayllus dieron un plazo de 24 horas para que los comerciantes rebajen sus precios y, de no hacerlo iban a repetir las acciones de la víspera. En tanto que los policías rondaron la ciudad en motocicletas y armados con gases lacrimógenos.
Cerca del mediodía se anunció que los ayllus, el gobierno municipal, la Federación de juntas Vecinales y representantes comerciales estaban a punto de firmar un acuerdo para evitar más manifestaciones en el poblado. Mientras no haya ninguna noticia oficial de este documento, aún existe tensión.
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