Potosí, 10 Feb. (NAN).- El Cerro Rico de Potosí lucirá en los próximos un “gorrito” que será de geomembrana para protegerse de las intensas lluvias que podrían afectar su estructura central, así lo determinó la Comisión Técnica interinstitucional que analiza la problemática del yacimiento.
Las geomembranas que son láminas impermeabilizantes fabricadas con resinas de PVC (cloruro de polivinilo) cubrirán la cumbre del yacimiento minero y garantizará la impermeabilización de la parta alta, será obsequiada por la empresa Manquiri, que maneja el proyecto San Bartolomé.
Otra de las medidas para proteger la estructura del yacimiento, es que la Corporación Minera de Bolivia reabrirá las minas “Raquel Aurora”, “San Luis” y “La Nueva” con el fin de que los técnicos ingresen por ellas hasta el lugar donde se generó el problema que dio lugar al hundimiento de junio del pasado año.
El gobernador potosino, Félix Gonzáles, indicó que se están asumiendo las primeras acciones específicas destinadas a frenar el deterioro del cerro y más adelante consolidar las áreas que presentan dificultades.
El gerente regional de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Gabriel Arancibia, indicó que la rehabilitación de las minas es una medida necesaria para que se pueda determinar las causas del hundimiento y definir en función de ello acciones concretas de mitigación.
También acordaron dialogar con las cooperativas que tienen trabajos próximos a la cota 4.400 para establecer mecanismos que eviten futuros daños del yacimiento e incluso de las personas.
REUBICACIÓN DE COOPERATIVAS
Asimismo, la Comisión Técnica determinó la reubicación de algunas cooperativas, empero esto se dará una vez concluido el estudio geomorfológico que indicará el grado de deterioro del cerro donde trabajan más de 15 mil mineros y que fue conocido a nivel mundial en tiempos de la colonia (Siglo XV) por sus ingentes vetas de plata.
“El estudio nos dará la recomendación que daría rebajar el trabajo más allá de la cuota 4.400 (límite tope de explotación en la actualidad). Lamentablemente hay trabajos que tienen que ingresar por la zona 4.400 para bajar más y esas zonas probablemente también están debilitadas por las bocaminas con las que se trabaja (más de 600 en toda la estructura)”, explicó el presidente de la Comibol Hugo Miranda.
La preocupación del gobierno y población potosina se debe a que en los últimos dos años el cerro sufre hundimientos por su implacable explotación de hace más de 500 años. El último antecedente fue el hundimiento de 38 metros de radio y, al menos, 40 metros de profundidad registrado el pasado mes de enero en la cota 4.400.
Nota : EaBolivia
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