Como no pudiera ser de otra manera, toda dictadura que se precie de tal, es enemiga mortal de la prensa libre. Es como mostrarle la cruz a Drácula. El estilo sindical cocalero del presidente Morales, complementado con el estalinismo del vicepresidente, no podía dar otra fórmula. Es también totalmente compatible con el chavismo SS XXI del patrón Hugo Chávez. No hay por donde pelarle.
Este conflicto con la prensa se escalará en los próximos días y todo hace prever que será de “dos yemas y un repique”.
El que no respeta la prensa libre no respeta la democracia.
La libertad de prensa esta citada dos veces en la carta democrática interamericana de la OEA, de la que Bolivia es signataria, y define con claridad meridiana lo que es la verdadera democracia.
En el artículo tres esta citada indirectamente y en el cuatro esta expresada directamente:
artículo 3.- son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
Artículo 4.- son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa.
El gobierno del presidente Morales no sabe discutir y concertar, solo sabe imponer. Su talante dictatorial lo hace crearse dueño de la verdad. Por eso ha impuesto una serie de normas que ni ellos mismos cumplen, incluida la constitución de la calancha.
Esta constitución reza en su artículo 107, ii. El estado garantiza a las bolivianas y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información, a la rectificación y a la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa.
Y en el 107, iii. El estado garantiza a las trabajadoras y los trabajadores de la prensa, la libertad de expresión, el derecho a la comunicación y a la información.
¿Qué más se necesita decir?
La prensa libre es incomoda porque hace un contrapoder, muestra lo que el gobierno no muestra en los medios oficialista, los para-oficialistas y los camuflados.
Muestra la corrupción de Santos Ramírez, muestra el narco-general, muestra la ineptitud de emapa, de boa y las palabras “luminosas” de su excelencia, como la de ginebra España.
Los canales y periódicos del mas, que hace tiempo dejaron de ser del estado boliviano, solo hacen propaganda política. Solo muestran un lado de la moneda, la prensa libre muestra la otra cara. Y es esta interacción de tesis y antítesis, la síntesis está a cargo de la opinión pública, del pueblo boliviano. Eso es democracia, tener la visión de una sola cara no lo es.
La prensa es la segunda institución históricamente más creíble de Bolivia, con 63%, según IPSOS a marzo de 2011. El pueblo es inteligente, lo entiende perfectamente su valor.
El gobierno es una de las menos creíbles con 31%, según la misma IPSOS a marzo de 2011, el pueblo también entiende perfectamente su “valor”.
¿Porque no se animó el gobierno a ir al referéndums que le planteo la prensa? Pues sencillamente porque perdería.
Bolivia quiere prensa libre y quien se atreva a dictaminar lo contrario sufrirá las consecuencias.
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