René Sanabria, ex jefe de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, está preso en EEUU acusado de traficar 144 kilos de cocaína
Pablo OrtizEl mejor alumno, el que servía como ejemplo, el hombre de los récords, el más destacado en la lucha contra el narcotráfico, ‘El Justiciero’, ahora debe responder a la justicia. René Sanabria Oropeza, general de Policía y uno de los hombres más destacados de dicha institución, fue arrestado el 24 de febrero en Panamá, acusado de traficar 144 kilos de cocaína a Estados Unidos. Hasta ese momento era director del Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cegein) del Ministerio de Gobierno y ahora deberá enfrentar un juicio en Miami por el que puede ser condenado a cadena perpetua. Él se declara inocente.
Sanabria, hombre de campo, escaló en la institución verdeolivo ganándose su cupo en la Escuela Nacional de Policía a punta de trabajo. Fue uno de los más destacados de la promoción de 1977 y desde ese momento no paró de ascender hasta llegar a general. Es por eso que a sus camaradas les extraña su implicación en el narcotráfico. El coronel retirado Rolando Fernández asegura que las referencias que tenía de Sanabria eran la de ‘un hombre intachable’. “Se le apodaba ‘El Justiciero’.
Era un hombre consecuente con su trabajo, con una carrera muy limpia, no conozco una sola denuncia en su contra, pero lamentablemente nos hemos encontrado con esta desgraciada sorpresa. Dicen que la peor currupción es la del mejor hombre, y él era considerado el mejor hombre”, cuenta Fernández.
Y si en la Policía era ‘intachable’, en su casa era un héroe. Paola Sanabria, la tercera de sus cuatro hijos, confía en que esto es solo una pesadilla de la que pronto despertarán. “Confiamos en mi papá. Es un hombre sencillo, humilde, trabajador, un hombre que ha luchado por progresar, por ser más, es un hombre íntegro y lo tenemos como en un altar porque es un hombre ejemplar”, dice.
No cree que se haya metido en nada ilegal porque no tienen mucho en esta vida. Para prueba, dice que viven en un departamento que sus abuelos maternos le regalaron, tienen una camioneta Nissan modelo 1995 que no pueden cambiar hasta ahora y las tres hermanas deben compartir una habitación para dejar las otras dos a su hermano y a sus padres. “¿Usted cree que si tuviéramos recursos ya no nos hubiéramos dado más comodidades?”, pregunta la joven comunicadora, de 23 años.
Con la hoja de vida limpia, Sanabria comenzó a escalar puestos de poder el 8 de enero de 2007, cuando la ministra de Gobierno de ese entonces, Alicia Muñoz, lo posesionó en remplazo de Miguel Vásquez, que ascendía al Comando Nacional de la Policía, en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
Sanabria era coronel y llegó con promesas de mantener los éxitos de Vásquez, que un año antes había logrado incautarse de 14 toneladas de cocaína. También dijo que había ‘un cambio de actitud en la Policía’ y que ahora respaldaba al Gobierno en su lucha contra el narcotráfico. Y cumplió. En menos de seis meses ya había logrado incautarse del mismo volumen de droga que la gestión anterior y para agosto su promedio diario de secuestro de estupefaciente llegaba a la increíble cifra de 1,8 toneladas por día (Felcn). Para fin de su gestión había superado las 600 toneladas de droga incautada, la mayor parte marihuana, y había capturado a más de 6.000 narcos.
Eso le valió su ratificación y, pese a las cifras de ensueño del año anterior, en 2008 se superó a sí mismo y duplicó la incautación de cocaína a 28 toneladas.
Esta vez su premio fue convertirse en general y ocuparse de la institución moral de la Policía, como jefe del Tribunal de Disciplina de la institución. Ahí condenó a los jefes policiales que negaron apoyo a sus camaradas en el linchamiento de Episana y pasó a retiro a casi un centenar de sus camaradas involucrados en hechos delictivos. Ahí surgió el mote de ‘El Justiciero’.
Pasado a ‘servicio pasivo’ a finales de 2009, fue invitado a hacerse cargo de la Cegein a partir de enero por el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres. Oficialmente, el Cegein debía encargarse de hacer contrainteligencia en tareas antidroga, vigilar que los involucrados en interdicción no crucen la vereda y trafiquen drogas y de desarticular redes de corrupción en la justicia, el Ministerio Público y la Policía.
Sin embargo, gente que antes trabajaba en el Ministerio de Gobierno cuenta otra historia. El consultado, que pidió mantener su nombre en reserva, explica que Sanabria fue a cubrir el hueco dejado por Carlos Núñez del Prado en la cartera de Gobierno y que su trabajo era ser el jefe de la Inteligencia política del Ejecutivo. Explica que el Ejército se ocupa de tareas de seguridad nacional, el departamento de Inteligencia de la Policía se encarga de lucha contra el crimen, pero que el Cegein, además de encargarse de vigilar a los de Narcóticos, hace seguimiento y escucha telefónica a los adversarios políticos del MAS.
Desde el lunes de la presente semana, EL DEBER trató de comunicarse con el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, para plantearle esta denuncia, pero su enlace de prensa explicó, primero, que se encontraba muy ocupado en tareas de rescate en el megadeslizamiento de La Paz y, luego, que seguía ocupado esta vez preparando su informe al Congreso. Cuando se intentó ubicar a Cáceres para transferirle los cuestionamientos, la respuesta es que estaba ayudando a Llorenti a preparar su informe. También se contactó a Denis Rodas Limachi, abogado del ministerio en el caso Sanabria. Solo explicó que ya habían presentado una querella en su contra y se excusó de hablar porque le estaba entrando otra llamada. No volvió a contestar su teléfono.
El exfuncionario de Gobierno que aclaró las funciones de Sanabria en el ministerio, señaló que ya había sospechas del general y que incluso hubo advertencias desde la cúpula sobre la pertinencia de dejarlo al mando de la Inteligencia política, pero asegura que Llorenti confiaba mucho en él.
Para Rolando Fernández, Sanabria tuvo la oportunidad perfecta. Por su trabajo en la Felcn y en la Cegein, conocía a la perfección las redes de narcotraficantes y se dio cuenta de que no era muy difícil ‘exportar cocaína’. Analiza que se le dieron todas las condiciones para hacerlo cuando la DEA fue expulsada, ya que no había nadie que lo controle.
“Se jugó a cara o cruz. Si salía cara, el general Sanabria se convertía en millonario. Si salía cruz iba preso. Salió cruz, está preso, perdió y con él perdió todo el país, porque nuestra imagen internacional quedó muy afectada”, analiza el coronel Fernández.
Ven que la lucha está perdida
Carlos Fernández, coronel retirado de la Policía y abogado penalista, dice que Bolivia puede hacer todos los esfuerzos, pero no está en condiciones de enfrentar al narcotráfico por la enorme demanda internacional de drogas que existe.
El coronel Fernández fue uno de los primeros directores de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), y en su momento defendió la tesis de luchar contra la cocaína ‘a la boliviana’, pero ahora considera que la desigualdad de medios entre los productores de cocaína y los encargados de la interdicción es enorme, por lo que se está perdiendo la guerra. El también coronel retirado, Rolando Fernández, es más drástico y considera que la guerra ya está perdida, que el poderío del negocio de la droga compra conciencias en Bolivia y en cualquier otro lugar del mundo y que ya es hora de pensar en otros enfoques, como la legalización. Asegura que los mayores opositores a esta idea son los que viven de la interdicción y que las principales razones no son éticas o legales, sino económicas y de poder.
En el caso de Sanabria, los dos Fernández recuerdan que el general ya no estaba en la Policía, que el cargo en la Cegein era un puesto político, de confianza del ministro de Gobierno y que siempre han existido este tipo de puestos.
El caso genera ola de rumores
La captura del general René Sanabria Oropeza fue fruto de una investigación de la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en coordinación con las policías de Chile y Panamá, además de la administración de Aduanas de Estados Unidos. Se llevó a cabo en cuatro países pero sus colegas no se explican cómo un general con su experiencia fue a caer en una red tan obvia, viajando con supuestos narcos y manteniendos reuniones en hoteles y haciendo tratos al calor del whisky, como se informa que pasó en Chile. Otro punto que no se entiende es cómo se involucró con Marcelo Foronda Azero, un hombre que en 2000 fue buscado por la Policía por su presunta implicación en compra de vehículos robados en atracos violentos dirigidos desde Palmasola.
Hay versiones de que Sanabria temía por su vida y que incluso trató de sacar documentación comprometedora del país vía Yacuiba. Las fuentes apuntan a su esposa como portadora de la misma, algo que Paola Sanabria, hija del general niega rotundamente. Asegura que su madre se encuentra enferma y pide respeto por su buen nombre. También se pudo saber que el dato del supuesto cambio de bando de Sanabria surgió de ‘la comunidad de inteligencia de Bolivia’ y las actividades del general y sus más inmediatos colaboradores fueron seguidas en detalle.
En detalle
- 2006. René Sanabria fue el segundo hombre de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
- 2007. El entonces Coronel fue designado director de la Felcn. Gozaba de la confianza del general Miguel Vásquez y nombró a Milton Sánchez como director en Santa Cruz. El capitán Raúl Oña, también acusado de narcotráfico junto a Luis Fernando Siles, Antonio Calderón y Julio Navía (no se ha confirmado que exista relación entre ambos casos de narcotráfico), ya estaban en la Felcn y trabajaban en Santa Cruz.
- 2009. Sanabria fue ascendido a general y fue miembro del Alto Mando, durante la gestión de Víctor Hugo Escobar. Ese año el capitán Oña fue ayudante de Sanabria y luego fue enviado a Oruro como el segundo de la Felcn. Sanabria luego va al Tribunal de Honor de la Policía. A finales de ese año, se crea el Cegein.
- 2010. Sanabria deja el Alto Mando Policial y, según declaró, Felipe Cáceres lo invita a hacerse cargo del Cegein. Recluta a Siles, Calderón y Oña para que lo acompañen. El coronel Sánchez, que fue director de la Felcn de Santa Cruz y Cochabamba, realizaba estudios para volverse coronel efectivo. Antes de ser detenido, Sánchez comenzaba a trabajar como comandante de la zona sur.
Nota: el deber
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