Transcurrían las tres de la tarde con 30 minutos cuando el fuego se inició en la parte central del mercado, los comerciantes trataron de apagar las pequeñas llamas, pero el fuego se fue extendiendo debido al viento del lado norte.
En cuestión de 10 minutos, el fuego se volvió incontrolable, según informó un guardia de seguridad, los comerciantes llamaron a la unidad de bomberos, que tardó en llegar.
Sacando fuerzas de la desesperación y arriesgando sus vidas, los comerciantes comenzaron a retirar sus mercaderías valuadas individualmente entre 7 mil a 15 mil dólares.
Después de 20 minutos del incendio, llegó la unidad de bomberos de Montero con el camión bombero, un cisterna del año 1977 y con capacidad para 7 mil litros de agua.
La unidad de radio patrullas 110 y la Unidad Operativa de Transito encabezaron las acciones en el intento de sofocar el incendio, pero vanos fueron los esfuerzos, el fuego arrasaba con todo a su paso.
Luego llegó un pequeño carro cisterna del Ingenio Azucarero Guabirá, pero al comprender que el incendio era de magnitud, sus responsables optaron por pedir la presencia del carro bombero especializado en incendios industriales.
A esta tarea se sumó la unidad municipal de bombero de la capital cruceña, que también llegó un poco tarde. pero fue determinante para sofocar las llamas que todavía persistían en su voraz destrucción.
Los bomberos estimaban que por lo menos hasta las 20 horas debían continuar enfriando los focos de calor que aún persisten en los escombros de lo que fue el sector de la venta de ropa usada.
La hipótesis que se maneja sobre el origen del incendio es por un corto circuito en el tendido eléctrico aunque otros indican que el fuego se inicio por una travesura de niños que jugaban con fósforos en el interior del mercado.
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