El trabajo de las entidades esta-tales depende de la capacidad de sus directivos
A tiempo de rendir cuentas al Concejo Municipal por la gestión 2010, el alcalde alteño reconoció deficiencias y aseguró que la enseñanza de estos errores le serviría para hacer del 2011 su “año”. Empero, un tercio del 2011 ya quedó atrás y los errores se siguen repitiendo, poniendo en evidencia la falta e importancia de una administración pública institucional y eficaz.
En efecto, la Alcaldía de El Alto manifiesta serios problemas para ejecutar los escasos recursos financieros con los que cuenta. En cuatro meses, su ejecución llegó tan sólo al ocho por ciento respecto de su presupuesto programado para el 2011. Pobre ejecución que se traduce en obras inconclusas o inexistentes, muchas de ellas de vital importancia para la salud, como la refacción y ampliación de los servicios básicos de agua potable y alcantarillado; pero también para el adecuado funcionamiento de instituciones fundamentales para el bienestar presente y futuro de los niños, como en el caso de la educación básica.
Ante estas carencias, miles de padres se han visto obligados a organizar marchas de protesta, no sólo en El Alto sino también en La Paz, exigiendo el mejoramiento de las infraestructuras educativas, más ítems o la entrega del desayuno escolar, que a cuatro meses del inicio de clases aún manifiesta problemas de distribución en varios distritos.
Las autoridades ediles han atribuido la baja ejecución presupuestaria a factores políticos (un supuesto sabotaje de la Dirección de Planificación de la comuna alteña), pero también administrativos, como la desactualización de los nuevos proyectos en el sistema al Sistema Integrado de Gestión y Modernización Administrativa (SIGMA) o el cambio de la entidad financiera responsable de manejar las cuentas fiscales. Más allá de las excusas o razones expuestas, lo cierto es que miles de familias están siendo afectadas por la falta de una administración pública de calidad.
Se suele olvidar que el resultado del trabajo de las entidades gubernamentales depende de la capacidad de sus directivos, de las inversiones en tecnología, la cualificación y motivación de sus recursos humanos. En los organismos estatales donde existen recursos físicos, técnicos y financieros, y una adecuada organización dirigida por personas medianamente razonables y preparadas, el servicio a los ciudadanos puede ser tan bueno como el que las entidades privadas puedan ofrecer.
En este sentido, resulta imprescindible fomentar la institucionalización de los organismos de la administración pública, a partir de normas y reglas claras que guíen las actividades y la labor de sus miembros, dotándoles de los recursos técnicos y humanos apropiados; y poniendo a la cabeza de estas entidades directivos capaces y comprometidos con su función.
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