Aprender técnicas de oratoria es de gran ayuda a la hora de exponer una lección, un proyecto o incluso defender un trabajo final de grado y puede marcar una gran diferencia en la vida universitaria y posteriormente en la profesional.
OPACANDO SU EXPOSICIÓN. A más de una persona le ha pasado que al llegar los exámenes orales o las exposiciones en grupo, una ardua y brillante investigación ha sido opacada por la forma en que se ha expuesto el trabajo.
Si bien existen aspectos, como la timidez, que pueden ser mejorados con el teatro, existen otros que se deben trabajar. La voz, la tonalidad y el discurso son algunas de las variables que bien manejadas permitirán captar la atención del auditorio y a la vez un éxito en la exposición.
UNA COMPLETA PRESENTACIÓN. En una presentación no solo se expone el contenido de un determinado tema, también es una exhibición del estudiante, de su formación y cómo se está convirtiendo especialista en un área del conocimiento.
Por mucho que se domine un tema, si no puede hacerse entender con claridad, sirve de poco el esfuerzo.
Hablar con orden, con claridad, saber persuadir a una audiencia, proyectando una imagen de seguridad, con actitud, con positivismo y don de mando; se convierte más que en un lujo, en una necesidad del profesional de este siglo.
APRENDER A HABLAR. Al menos el 90% de la vida de relación del ser humano consiste en hablar o escuchar y solo el 10% en leer o escribir, por ello es primordial aprender a expresarse.
Tenga en cuenta que no es lo mismo la oratoria de tipo académica que aquella que se refiere y utiliza en el campo de la política.
Cada cual tiene sus características y aplicaciones específicas. Incluso existen institutos que permiten mejorar en este aspecto.
PRÁCTICA SENCILLA. Una manera sencilla de trabajar la capacidad oral es simplemente practicando. En casa, frente a un espejo, puede ensayar las formas de emitir un discurso siendo usted su propio oyente.
Otro buen parámetro puede ser convocar a un amigo o un familiar e intentar explicarle de qué se trata el tema que vamos a exponer, haciendo un desarrollo del mismo.
Si es un algún compañero o colega de trabajo podrá explicarle cuestiones específicas de la temática abordada. Por otra parte, si es un amigo que no tiene mucho conocimiento del tema, podrá servirle para saber si su exposición fue lo suficientemente clara, concreta y si el discurso es atractivo y consistente.
OPACANDO SU EXPOSICIÓN. A más de una persona le ha pasado que al llegar los exámenes orales o las exposiciones en grupo, una ardua y brillante investigación ha sido opacada por la forma en que se ha expuesto el trabajo.
Si bien existen aspectos, como la timidez, que pueden ser mejorados con el teatro, existen otros que se deben trabajar. La voz, la tonalidad y el discurso son algunas de las variables que bien manejadas permitirán captar la atención del auditorio y a la vez un éxito en la exposición.
UNA COMPLETA PRESENTACIÓN. En una presentación no solo se expone el contenido de un determinado tema, también es una exhibición del estudiante, de su formación y cómo se está convirtiendo especialista en un área del conocimiento.
Por mucho que se domine un tema, si no puede hacerse entender con claridad, sirve de poco el esfuerzo.
Hablar con orden, con claridad, saber persuadir a una audiencia, proyectando una imagen de seguridad, con actitud, con positivismo y don de mando; se convierte más que en un lujo, en una necesidad del profesional de este siglo.
APRENDER A HABLAR. Al menos el 90% de la vida de relación del ser humano consiste en hablar o escuchar y solo el 10% en leer o escribir, por ello es primordial aprender a expresarse.
Tenga en cuenta que no es lo mismo la oratoria de tipo académica que aquella que se refiere y utiliza en el campo de la política.
Cada cual tiene sus características y aplicaciones específicas. Incluso existen institutos que permiten mejorar en este aspecto.
PRÁCTICA SENCILLA. Una manera sencilla de trabajar la capacidad oral es simplemente practicando. En casa, frente a un espejo, puede ensayar las formas de emitir un discurso siendo usted su propio oyente.
Otro buen parámetro puede ser convocar a un amigo o un familiar e intentar explicarle de qué se trata el tema que vamos a exponer, haciendo un desarrollo del mismo.
Si es un algún compañero o colega de trabajo podrá explicarle cuestiones específicas de la temática abordada. Por otra parte, si es un amigo que no tiene mucho conocimiento del tema, podrá servirle para saber si su exposición fue lo suficientemente clara, concreta y si el discurso es atractivo y consistente.
RELACIONAMIENTO
Al menos 90% de las relaciones del ser humano son habladas.
NO ES UN LUJO
Hablar con orden, claridad y persuasión ya se ha convertido en una necesidad.
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