En esta época en la que vivimos nos hemos acostumbrado a ver aviones que vuelan sin piloto o coches que circulan sin conductor, auténticas proezas de la ingeniería que superan cualquier cosa que nos pudiésemos imaginar hace quince o veinte años. En un mundo en el que el control remoto es algo habitual y está bastante asentado en nuestro modo de vida, el origen de éste no es nada conocido, el Telekino, y mucho menos el nombre de su inventor, Leonardo Torres Quevedo.
Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) fue un ingeniero de caminos, matemático e inventor español que dedicó gran parte de su vida a la invención en los campos de la aeroestática, las máquinas de cálculo o los transportes colgantes como los funiculares. En su lista de logros podemos encontrar la primera patente que se conoce del puntero láser (el puntero proyectable, patente 116770), el Spanish Aerocar, un transbordador suspendido que cruza las cataratas del Niágara y que sigue funcionando desde 1913, o El Ajedrecista (1912), una máquina que jugaba al Ajedrez contra los humanos (de manera autónoma) y de la que decían que siempre ganaba. Pero si hay un invento por el que recordamos especialmente a Torres Quevedo es por el Telekino, el primer control remoto por radiofrecuencia de la historia.
Torres Quevedo dedicó parte de su trabajo a la aeroestática, es decir, a los dirigibles y globos; y, lógicamente, para cualquier tipo de prueba necesitaban un piloto de pruebas que, si todo salía mal, podría morir en el intento. Con el fin de poder realizar pruebas y minimizar los riesgos, ideó, entre 1901 y 1902, un sistema de control remoto. El Telekino (cuyo nombre significa movimiento a distancia) era un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas a través de ondas de radio y que era capaz de gobernar sistemas electromecánicos. En 1903, Leonardo Torres Quevedo presentó el invento en la Academia de Ciencias de París mediante una memoria descriptiva y una demostración experimental, lo cual le permitió patentarlo en España, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Según la patente, el Telekino se definía como:
Consiste en un sistema telegráfico, con o sin cables, cuyo receptor fija la posición de un interruptor que maneja un servomotor que acciona algún tipo de mecanismo¿Y por qué es importante el Telekino? Bueno, además de ser el primer control remoto de la historia fue uno de los primeros sistemas en introducir una codificación digital, es decir, on-off. Tomando como base el funcionamiento del telégrafo, las órdenes se transmitían como un conjunto de símbolos binarios.
A partir de ahí trabajó en el sistema para perfeccionarlo y fabricar un prototipo final, lo cual le llevó a aplicarlo al control remoto de pequeños botes en la costa de Bilbao donde realizó varios experimentos en 1905 y 1905, hasta que el 6 de septiembre de 1906 realizó una demostración, ante una multitud de gente (incluyendo el rey Alfonso XIII) donde maniobró a distancia un bote en el puerto de Bilbao. Tras el éxito de la demostración, Torres Quevedo intentó aplicar el Telekino al mundo militar, concretamente, para el control de proyectiles y torpedos, pero la falta de financiación le hizo abandonar el proyecto y el Telekino cayó en el olvido.
Desgraciadamente, el Telekino nunca fue utilizado más allá de las pruebas realizadas por Leonardo Torres Quevedo, ni tan siquiera en el campo de la aeroestática y mucho menos en el campo militar. La próxima vez que veamos un UAV volar, recordemos que el primer vehículo no tripulado del mundo fue un barco que navegó por el puerto de Bilbao a principios del siglo XX controlado por un Telekino. Por cierto, el Telekino fue reconocido en 2006 por el IEEE como uno de los grandes hitos de la ingeniería a nivel mundial.
El Telekino, el primer control remoto de la historia es
0 Comentarios