Uno de los portavoces del opositor Comités de Coordinación Local, Hozam Ibrahim, informó a Efe de que prosiguen los disparos en Latakia, donde ayer murieron seis personas.
Latakia es el último objetivo de la represión del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, que dirigió los ataques principalmente contra Al Raml, un barrio dividido en dos áreas, en una de las cuales hay establecido un campo de refugiados palestinos.
En el campo palestino, las fuerzas de seguridad irrumpieron y allanaron varias viviendas, algunas de las cuales fueron derribadas, según los Comités.
Debido a la represión, una gran parte de la población, en su mayoría mujeres y niños, huyó de estas zonas, así como de otras en las que se teme la pronta irrupción de las tropas.
De hecho, el Ejército pidió a los habitantes de Al Raml que abandonaran el barrio, lo que hizo temer una nueva operación militar.
Las tropas se mantienen desplegadas en varios puntos de la ciudad y sus alrededores, y más de una veintena de vehículos blindados esperaban en la avenida Al Zaura dispuestos a entrar en acción.
Ibrahim señaló que no recibieron informaciones de víctimas en Latakia, aunque lamentó la muerte por hemorragia de una palestina, de 22 años y madre de dos hijos, que estaba herida desde hace dos días.
Por su parte, el presidente del Observatorio, Rami Abdul Rahman, explicó a Efe en conversación telefónica desde Londres que son los sirios y no los palestinos quienes se están viendo perseguidos en Al Raml.
"En esa zona viven unas 250.000 personas, de las que sólo 4.000 son palestinas. El resto son sirios y las detenciones van dirigidas contra ellos", dijo el activista sirio después de que la agencia de la ONU de auxilio a los refugiados palestinos alertase de que la mayoría de los 10.000 refugiados del campo de Latakia habían huido.
Asimismo, unos 120 soldados irrumpieron, según el Observatorio, en el barrio Isqanturi de Latakia, mientras grupos de "matones" fieles al régimen entraron en Saliba.
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