Según Gabriel Loza, economista y ex presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), "Bolivia es una economía menos vulnerable frente a shocks externos, tiene muchas fortalezas, como superávit mellizos fiscal y externo, Reservas Internacionales Netas (RIN) por encima del 50% del Producto Interno Bruto y una adecuada y flexible política fiscal y monetaria".
Para Loza es necesario identificar -en términos conceptuales- cuáles son los posibles efectos directos e indirectos, así como los canales de transmisión o contagio de una crisis global hacia una economía pequeña, abierta y dependiente de la exportación de productos básicos, como es la boliviana.
En ese sentido, diferencia entre efectos directos o inmediatos, generados por la rebaja en la calificación del crédito de Estados Unidos por la calificadora de riesgo Estandar & Poor’s que rebajó la capacidad financiera de ese país de "AAA" a "AA+"por sus agudos problemas fiscales. Sin embargo, su incidencia en la economía boliviana es mínima, puesto que "Bolivia redujo su dependencia del dólar, y un 66% de las RIN están en esta moneda, proporción muy similar al peso que tiene el dólar en las reservas a nivel mundial".
En tanto que los efectos indirectos podrían darse a partir de la desaceleración de la economía estadounidense y un posible contagio al contexto mundial, que podría provocar inicialmente un estancamiento de las economías adelantadas, es decir la europea y, en menor proporción, la asiática.
En este caso, los mayores efectos en la economía nacional vendrán por el lado de los efectos indirectos relacionados con la disminución del gasto del Gobierno de los EE.UU., que contraería su demanda y disminuiría o estancaría su tasa de crecimiento.
El mayor riesgo es que una posible desaceleración de la economía de los Estados Unidos redunde en una desaceleración del comercio mundial, porque contraería el comercio internacional, reduciendo las importaciones, particularmente de materias primas, de las cuales la economía boliviana es altamente dependiente.
"Así, disminuirían las exportaciones de Bolivia a EE.UU., que representan el 11% del total, aunque se esperaría que no afecte a las economías emergentes del Asia y América Latina, por el desacoplamiento registrado en los últimos años. El mayor problema, empero, es su efecto en los precios de los commodities, si éstos disminuyen, disminuirá el superávit fiscal y el superávit externo", advierte Loza Tellería.
¿Qué hacer? Se pregunta el ex presidente del BCB y sugiere algunas medidas de carácter preventivo entre las cuales destaca la creación de una Unidad de Prospectiva -o unidad anti crisis económica- "para analizar y monitorear los shocks externos y recomendar medidas" alternas.
También sugiere que "de una vez" sea creado el Fondo de Estabilización y Desarrollo con un excedente de las Reservas Internacionales Netas "por encima del óptimo y precios de hidrocarburos por encima del presupuestado", es decir que ese fondo debiera prever si el precio estimado en la Ley Financial de 73.5 dólares por barril de petróleo podría subir o bajar y asumir las medidas pertinentes.
También sugiere la diversificación gradual de las RIN hacia el oro, dólar canadiense y dólar australiano. Comprar oro nacional sin impuestos exclusivamente para las reservas monetarias de acuerdo con la ley del BCB.
Otra acción es seguir el ejemplo de la China que firmó acuerdos de intercambio de divisas (swap) con Singapur, Corea del Sur, Malasia, Indonesia y Argentina, "lo que podría ser una opción".
Finalmente, da cuenta que los Bancos Centrales de la región deberían coordinar su política cambiaria para no sobreactuar en el mercado financiero. También señala que se debe fortalecer y hacer efectivo y menos burocrático el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), así como el Sistema de Pagos de Aladi (Acuerdo de Santo Domingo).
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