El ataque tuvo lugar después de que las fuerzas de la coalición tuvieran noticia del paradero de esos insurgentes, explicó Allen desde Kabul en una teleconferencia con la prensa en el Pentágono.
La operación se produjo después de que el sábado murieran treinta soldados estadounidenses -22 de ellos, del grupo de operaciones especiales de la Infantería de Marina, o SEALS-, siete afganos y un intérprete civil al ser derribado un helicóptero "Chinook" en la provincia de Wardak.
El incidente fue, según la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), el que causó más muertes de soldados estadounidenses en una sola acción dentro de la misión en Afganistán, lo que no impidió que Estados Unidos y las fuerzas de la coalición continúen con sus operaciones.
"A aproximadamente la medianoche del 8 de agosto, las fuerzas de la coalición mataron a los insurgentes responsables de este ataque contra el helicóptero, que creemos que cayó alcanzado por una ronda de mortero", explicó Allen, "Les seguimos la pista, como hubiéramos hecho como consecuencia de cualquier operación y nos ocupamos de ellos con un ataque móvil. Tenemos la certeza de que murieron en ese ataque", dijo el general que en principio se mostró reticente a dar una cifra exacta de los talibanes muertos.
0 Comentarios