“Estamos sacando fuerzas de flaqueza, aún con los efectos de la influenza, varios de los jugadores se integran a los entrenamientos para tratar de armar el equipo, eso habla bien de ellos, ponen todo su esfuerzo para retornar a la normalidad”, sostuvo ayer Baldivieso, poco antes de la única práctica que se inició al promediar las 10:30.
Con el barbijo en el rostro y a prudente distancia de los jugadores, para evitar cualquier complicación, el técnico dirigió la práctica desde el borde de la cancha en algunos momentos y en otros, sentado en la tribuna “norte”.
“Es una enfermedad terrible, fiebre alta, dolor de cabeza y debilitamiento de los músculos”, explicó Baldivieso quien permaneció internado en una clínica, donde se le administró hasta cuatro litros de suero reconstituyente.
La situación que atravesó Baldivieso es similar a la de los 14 jugadores del primer plantel, que durante cuatro días permanecieron en reposo absoluto por prescripción médica.
Pese a todo, Aurora disputará el partido por la semifinal de la Copa contra Oriente Petrolero mañana, martes, desde las 19:00, en el Capriles.
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