En las últimas horas se produjeron dos agresiones a las casonas enmarcadas en la cuarta categoría del patrimonio histórico de Santa Cruz de la Sierra. El domingo, un micro de la línea 81 derribó dos pilares de cuchi de la vivienda Nº 52 de la calle Seoane y destruyó parte del corredor; por otro lado, la nueva propietaria de la casa ubicada en la esquina de las calles Bolívar y Murillo sacó las centenarias molduras de la fachada para cambiarlas por puertas y ventanas arrollables.
El director de Patrimonio de la Alcaldía, Jery Dino Méndez, expresó su molestia por los daños irreparables ocurridos en el segundo inmueble, donde la dueña, aparentemente del interior, ordenó cambiar las tejas coloniales por losas de concreto e hizo sacar las molduras que adornaban las ventanas y puertas.
“Dónde están los cruceñazos que en los últimos meses están vendiendo sus antiguas casonas a gente proveniente del interior que sólo quiere el espacio para construir edificios con fines comerciales”, reclamó Méndez. El responsable de Patrimonio refirió que los infractores desacatan las advertencias ediles y trabajan los fines de semana. “Estamos analizando la posibilidad de eliminar la licencia de funcionamiento de los cuatro negocios que alberga esta casa”, acotó.
En el caso de la calle Seoane, la afectada fue una vivienda cuyo techo del corredor quedó colgando, aumentando el peligro con los fuertes vientos que ayer azotaron la ciudad.
“Identificamos al causante del daño, fue un chofer de micro. Ahora falta evaluar los daños, pero advertimos que el techo era de teja y recién fue cambiado”, expresó un funcionario de un negocio del inmueble, que no se identificó.
Asimismo, hay otras casonas, como la de la esquina de la René Moreno y Suárez de Figueroa, que los tumbados del corredor se caen a pedazos y, si bien tienen un proyecto presentado a la municipalidad, los trabajos se dejan esperar.
Nota : El Deber
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