El nuevo Acuerdo de Complementación Económica No. 66 entró en vigor este lunes y busca que ambos países amplíen su intercambio comercial. Sin embargo, deja vulnerables a las empresas mexicanas en cuanto a que los inversionistas no gozarán de las seguridades que el tratado les daba, dijo la subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, Beatriz Leycegui.
"Ya no tenemos un mecanismo de arbitraje internacional en caso de que haya violaciones en el trato a nuestros inversionistas para poder recurrir a tribunales especiales. Si bien en materia comercial todo queda igual, aquel empresario que quiera invertir en Bolivia lo pensará dos veces antes de hacerlo” dijo Leycegui, de acuerdo al diario Milenio.
El viernes, la Secretaría de Economía anunció que Bolivia encontró que ciertos capítulos relacionados con inversión, servicios, propiedad intelectual y compras de Gobierno eran incompatibles con la Constitución que entró en vigor en febrero del 2009 en el país sudamericano.
Esto llevó a la cancelación del Tratado que se firmó en 1994 y funcionaba desde 1995.
Los principales productos que México exporta a Bolivia son unidades de procesamiento de datos, cables y filamentos sintéticos, fibras sintéticas, tejidos de algodón, botellas y envases de plástico, tubos y perfiles huecos, polímeros de estireno, tereftalato de etileno, laminado de hierro o acero revestido, máquinas para montar lámparas, entre otros, de acuerdo a información de la Secretaría de Economía.
A su vez, importa de ese país óxidos de antimonio, estaño sin alear, minerales de cobre y plata, cascos, semilla de sésamo, nueces de Brasil, minerales de metales preciosos, muebles de madera, máquinas y aparatos, cueros, puertas y sus marcos.
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