Escuchar lo que tienen que decir los hijos es tan importante como hablarles. La conversación siempre debe ser de dos vías. Los padres no sólo deberían preocuparse de hablar a sus retoños, sino también prestarle atención al sentido de sus palabras
- Pero... mamá, responde la hija sin que sus explicaciones sean atendidas, porque la mujer que la trajo al mundo prosigue con su andanada de reproches y advertencias. Diálogos como éstos, donde los padres hablan, y a sus hijos solamente les dan la opción de escuchar, son moneda corriente en la mayoría de las familias. El tema parece trivial, bajo la suposición que es obvia la orientación de los papás, pero esto no da resultado, señala una reciente investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, publicada en la revista médica Pediatrics, donde establece la conclusión: para que sea útil, la comunicación entre padres e hijos debe ser de ‘doble sentido’, de ida y vuelta. Comunicación efectivaEl psicólogo Jorge Balcázar, del instituto médico Diagnosis, destaca la importancia de esa orientación en la conversación familiar, señalando que la comunicación, por su propia naturaleza, es bidireccional y así se la debe practicar. “Tiene que haber interacción y entender que también existe un lenguaje no verbal, el de los movimientos, que transmiten ideas. Por eso es importante que los padres sean congruentes en la forma de actuar y hablar. Error común La coordinadora de la Casa Maternal Dulce Refugio, Érika Montaño, indica que saber escuchar se constituye en el pilar fundamental de cualquier comunicación. “Muchos padres cometen el error de cortarles la palabra a la mitad de la charla a sus hijos. No prestan atención a lo que dicen y creen que no es importante lo que los chicos expresan. Esto es negativo para el desarrollo de los niños. La comunicación, en lugar de establecer límites, debe utilizarse para dar afecto”, agrega. El diálogo como herramientaLa revista Pediatrics hace hincapié en la importancia de invitar a los hijos a que dialoguen con los adultos, y si se les lee un cuento, hacerles preguntas para que puedan expresar lo que entienden. Luego añade que en la investigación de la universidad UCLA, en la que participaron 275 familias, se grabaron las conversaciones entre hijos y padres, desde que se despertaban hasta que se acostaban, un día completo cada mes, a lo largo de seis meses. Así se comprobó que los niños que más hablaban con adultos eran los que adquirían un lenguaje más rico, un fenómeno que, sin embargo, no se producía con aquéllos a los que se les leía más cuentos o veían más televisión. Pensar bien las palabrasKarina Céspedes, psicóloga del Centro de Salud Mental, les aconseja a los padres que aprendan a ser responsables de la manera de expresar sus sentimientos a sus retoños. “Hay muchas formas de decir que una actitud está mala y corregirla sin dañar la autoestima del pequeño”, añade. Algunas de las frases clave que ella sugiere emplear en el momento de sancionar una conducta son: - Me siento mal. - Me lastimás. - A mí no me gusta que hagás eso. De la misma forma, si se trata de premiarlos, todas las acciones deben llevar implícitas oraciones de afirmación que involucren los sentimientos paternales. - Me encanta verte comer bien. - Estoy feliz porque te portaste bien. - Me siento contenta cuando ayudás con los deberes de la casa. Predicar con ejemplos La especialista en educación infantil Rocío Peña destaca aquel concepto de que si las palabras conmueven, los ejemplos arrastran. “Si los padres desean comunicarse mejor con sus hijos, es ideal predicar con el ejemplo sobre la base de un diálogo respetuoso, en lugar del acostumbrado monólogo paterno-filial en el que uno habla y el otro sólo escucha”, expresa. Aparte de esto, dice Karina Céspedes, los padres deben dedicar tiempo para jugar con sus descendientes, porque ahí se da el efecto puntual de la comunicación en dos direcciones que afianzan el vínculo afectivo. Diálogo y desarrollo lingüísticoEl médico estadounidense Frederick Zimmerman, experto en el papel de la exposición temprana de la televisión sobre la salud mental de los niños y los resultados del desarrollo, afirma que el diálogo con los adultos es la “causa y consecuencia” de que un niño pueda tener un buen desarrollo lingüístico. En ese orden aconseja a los papás “no sólo preocuparse de hablar a los niños, sino de hablar con los niños, que es algo totalmente diferente”. Pilar de las relaciones “La comunicación es la que determina a la familia y la comunidad”, señala el psicólogo cruceño Oliver Silva. “Los adultos y los pequeños no son personas aisladas y es justamente el diálogo entre ambas generaciones lo que hace que el vínculo afectivo sea fuerte”, agrega. Un ejemplo es la típica frase “te amo”. Ésta adquiere significado cuando se toman en cuenta aspectos relacionados con el cuándo, cómo y a quién se dice. Por tanto, hay una buena comunicación en una familia cuando la relación los lleva a conseguir metas comunes, ya sea de seguridad, protección o alimentación. RecomendacionesLos psicólogos concuerdan en que los padres deben seguir estos pasos para tener una buena relación con sus hijos. 1. Tratar de hacer cosas juntos y no solamente conformarse con charlar. 2. Disfrutar con los hijos de sus actividades. Mientras más se llegue a su mundo, mejor es la relación. 3. La comunicación debe acompañar lo que se dice con lo que se hace y se siente. 4. Demostrar afecto con gestos y caricias la mayor cantidad de tiempo posible. 5. Ser directo, claro e imparcial al hablar. 6. Conocer el ambiente en el que se desenvuelve el niño. Esto incluye a sus amigos. 7. Finalmente, hablar con amor, porque la comunicación es la transmisión de las experiencias de la vida. Nota : El Deber |
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