Los importadores de vehículos que se vieron afectados con el Decreto Supremo 29836 que impide que ingresen al país vehículos antiguos, ayer tomaron drásticas decisiones.
Hubo crucifixiones y una mujer se introdujo a un ataúd queriendo demostrar que la decisión gubernamental les deja prácticamente sin posibilidades de recuperar sus inversiones que según dijeron, consiguieron el capital con mucho sacrificio.
El pedido de los importadores de vehículos, que son 110 aproximadamente, es que liberen sus vehículos que están en recintos aduaneros.
Los importadores acusan a la directora de la Aduana de insensibilizarse con ellos, pese a haberles prometido diálogo.
Nota : Opinion
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