Todos los organismos internacionales de carácter multilateral tienen fechas fijas para la renovación o ratificación de sus principales dirigentes o personeros, esto sucede en la Organización de las Naciones Unidas, en la OEA, en las Naciones Sudamericanas, en el Grupo de Río y en todos los que tienen direcciones lectivas y no designadas para ejercer sus funciones de acuerdo a turnos fijos.
En el tiempo que va de la toma del mandato a su finalización las cancillerías realizan consultas con sus pares de otros países a objeto de buscar apoyo para sus postulantes de acuerdo a estos sondeos proponen unas y otras candidaturas con diferentes grados de posibilidades. Al parecer estas reglas no se observan por la Cancillería boliviana, así se entiende el caso del catastrófico fracaso del Gobierno central en el tema de la elección del Secretario General de la Unasur donde la postulación boliviana de su Embajador en la ONU fue categóricamente rechazada y resultó elegido el ex presidente Kirchner de Argentina.
Este personaje no tenía mérito ninguno y con graves sindicaciones en su país por supuestos hechos de corrupción que están pendientes en los Tribunales Ordinarios de Argentina, que pase improvisadamente una postulación también de persona improvisada, sin antecedentes diplomáticos ni antecedentes importantes en la vida pública del país o en los organismos internacionales.
Esta situación nos lleva a la necesidad de encarar la reforma de las funciones del Consejo Nacional de Relaciones Exteriores.
Si bien el país está viviendo un proceso de cambios, en los niveles económicos, sociales, políticos e ideológicos, el país ha resaltado en el contexto internacional de una manera que pocas veces se vio con anterioridad. Y, tal espacio debe ser aprovechado.
La política exterior boliviana ha carecido de una línea, es decir, ser constante en el tiempo y la inconsistencia del discurso y los actos de la política exterior, nos han llevado por muchos años a constantes derrotas diplomáticas, tales derrotas nos llevan al atraso en algunos temas importantes para el país; como ser el comercio internacional, lo que desemboca en problemas de la balanza comercial y pérdida de empleos, el turismo, aprovechando la llegada de turistas nacionales y extranjeros o el aprovechamiento de las costas bolivianas el comercio marítimo, es decir el aprovechamiento de las riquezas propias del mar territorial.
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