gobierno rechaza negociar con ex represor

La ministra de Justicia, Nilda Copa, descartó negociar una reducción de condena a un ex represor a cambio de conocer el destino de los restos de un líder izquierdista y de otros dirigentes desaparecidos en la última dictadura que gobernó Bolivia.
"Los delitos de lesa humanidad no prescriben y no tienen perdón, y por tanto nunca habrá una negociación", dijo Copa el miércoles, un día después de que el ex ministro del Interior (1980) coronel Luis Arce Gómez ofreciera revelar lo que sabe sobre los desaparecidos en dictaduras a cambio de una negociación.
Arce Gómez comandó un grupo de paramilitares, varios de ellos ex nazis y carapintadas argentinos, que perpetró el cruento golpe de Estado del general Luis García Meza en julio de 1980 derrocando a la presidenta Lidia Gueiler en momentos en que Bolivia intentaba retornar a la democracia.
Varios políticos y líderes sindicales fueron asesinados, torturados y desaparecidos. Arce Gómez y García Meza fueron condenados en 1993 a 30 años de presidio sin derecho a indulto y están presos en una cárcel en las afueras de La Paz.
"Si quieren saber algo...yo tengo que ganar algo también, no es gratis, de todo uno se beneficia en la vida", dijo el ex represor. "Yo no era un pelele, yo mandaba. No soy como el marido cornudo que era el último en conocer las cosas. Yo era el primero".
Arce Gómez, de 71 años, habló el martes con los periodistas al salir de los tribunales. Se veía en buena salud y su tono desafiante contrasta con la imagen del anciano de barba blanca que caminaba apenas cuando en julio pasado fue deportado de Estados Unidos para que cumpliera su condena en Bolivia.
Pasó los últimos 18 años en una cárcel del estado de Florida por delitos de narcotráfico. En su tiempo era conocido como el "ministro de la cocaína".
"(Arce Gómez) no puede condicionar, tiene que decir lo que sabe", acotó Copa. Para el magistrado de la Corte Suprema Ramiro Guerrero la demanda del ex militar suena a "chantaje" y aseguró que al ser éste un reo sentenciado no puede ser revisada su condena.
Una de las deudas de la democracia boliviana es no haber hallado los restos del carismático líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, torturado y asesinado por paramilitares al mando de Arce Gómez. Otros dos líderes sindicales corrieron la misma suerte en 1980 y como ellos más de un centenar están desaparecidos desde 1964, cuando se inició en Bolivia una sucesión de dictaduras militares.

Nota : El Nuevo Herald

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