En conferencia de prensa, el gobernante reiteró la disposición de Teherán para reactivar los contactos con ese mecanismo integrado por los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Francia) más Alemania.
La víspera, Ahmadinejad ratificó ante la Asamblea General de la ONU su disposición a retomar "un diálogo basado en el respeto y la justicia".
En su encuentro con la prensa este viernes, el jefe de Estado también admitió la posibilidad de que su país interrumpa el enriquecimiento de uranio de alto grado si otras naciones le envían el combustible necesario para un reactor de investigaciones médicas.
Explicó que Irán no tiene interés en enriquecer ese material al 20 por ciento, pero tuvo que hacerlo cuando las grandes potencias se negaron a suministrárselo a pesar de necesitarlo para la producción de isótopos médicos.
En su intervención de ayer en la ONU, Ahmadinejad ratificó la validez de la Declaración de Teherán suscrita con Brasil y Turquía en junio pasado para el intercambio de uranio enriquecido fuera de Irán.
Asimismo, aseguró que su país ha observado las regulaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica más allá de sus compromisos y advirtió que nunca se someterá a presiones ilegales.
Inmediatamente después de la firma del acuerdo Irán-Brasil-Turquía, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad rechazaron el pacto y promovieron y lograron que ese órgano aprobara un nuevo paquete de sanciones contra el país persa.
Se trató del cuarto grupo de castigos desde diciembre de 2006. Los otros fueron aprobados en marzo de 2007 y de 2008.
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