Muchos periodistas no conocen las normas que protegen a este segmento de la sociedad
“Los medios de comunicación no nos escuchan a los niños”, “los niños somos también parte de la sociedad”, “la prensa no nos ve como sujetos de derecho”, fueron las frases que lanzó el niño Franz Henry Apaza, que sonaron como disparos certeros en la conciencia de los pocos periodistas que se dieron cita en el taller Los Medios de Comunicación y el Manejo de la Información sobre Derechos Humanos de Niñez y Adolescencia.
Pero las palabras se agolparon como una letanía en el auditorio. “Los mayores hablan por nosotros, los medios no nos toman en cuenta porque creen que somos cualquier cosa, que los canales dejen de lado las novelas y las caricaturas (dibujos animados)”, manifestó Apaza.
Pablo Miranda tampoco desaprovechó la oportunidad para hacerse escuchar: “El cuarto poder del Estado sólo se acuerda de nosotros el Día del Trabajador, queremos espacios para dar a conocer la realidad de los niños y adolescentes, que la Defensoría del Pueblo capacite a los periodistas sobre derechos humanos para que no nos discriminen”.
Las grabadoras no pararon de grabar y los niños y adolescentes señalaron lo que tanto habían querido y no habían podido: buscan ser parte de los medios y desean ser escuchados; exigen que los diarios, la televisión y la radio muestren la realidad desde diferentes perspectivas. Y además piden no ser exhibidos con estereotipos como pandilleros, cleferos, drogadictos y otros.
Algunas peticiones sólo se basan en el respeto al marco legal como el Código Niño, Niña y Adolescente y la Convención de los Derechos de Niño, con el fin de que los medios de comunicación vean sus problemas para que la población tome conciencia sobre su realidad y se difundan más programas de educación para ejercer su derecho a la información.
Al taller Los Medios de Comunicación y el Manejo de la Información sobre Derechos Humanos de Niñez y Adolescencia llegaron autoridades de la Defensoría del Pueblo, Visión Mundial, Agencia Nacional de Noticias por la Infancia, Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NAT) y periodistas de algunos medios.
La Adjunta de Programas Especiales de la Defensoría del Pueblo, Griselda Sillerico, informó que los niños son el 46 por ciento de la población boliviana, 6 mil niños viven en las calles, 2 mil viven en las cárceles junto a sus padres, 32 mil viven en los centros de acogida porque son huérfanos y fueron abandonados. Cifras que llaman a la conciencia.
Recordó que los niños son sujetos de derecho que están constitucionalizados en los artículos 58, 59, 60 y 61 de la Constitución Política del Estado (CPE), por lo que todos tienen la obligación de respetarlos.
Pero fue una jornada en la cual los periodistas también expresaron sus puntos de vista. Muchos admitieron que no conocen el marco normativo, no hay un manejo adecuado del lenguaje, las malas noticias venden más, falta de tiempo en las salas de redacción para el procesamiento de las informaciones y otras.
También se hizo énfasis en que las noticias no se contextualizan, lo que muchas veces da lugar a la tergiversación; no se contrastan las fuentes de información, se emplean términos peyorativos, se publica de manera irresponsable fotografías y otros. La pregunta que quedó flotando fue: ¿qué se puede hacer para cambiar? La respuesta vino de algunos frentes que sugirieron a los periodistas diversificar sus fuentes de información, visibilizar la problemática de los niños, respetar las normas que protegen a los niños y adolescentes, que los medios de comunicación otorguen mayores espacios a este sector de la sociedad y algunas organizaciones encaren talleres de capacitación con la presencia de expertos. El reto para el periodismo queda planteado.
PARA TOMAR EN CUENTA
La Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 8, señala que los Estados partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad y el nombre.
El artículo 16 establece que ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o a su reputación.
El artículo 36 del Código Niño, Niña y Adolescente refiere que las entidades estatales y privadas están obligadas a dar un trato respetuoso, preferente y sin discriminación a todos los niños.
Las autoridades deben resguardar la identidad de los niños.
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