Autoridades educativas nacionales y de los nueve departamentos de Bolivia, junto a asesores cubanos y venezolanos, evalúan desde este miércoles el respaldo de la postalfabetización al proceso de cambio iniciado en 2006.
El programa, inaugurado en marzo de 2009 en la localidad altiplánica de Chipaya (Oruro), abarca ahora a más de 175 mil participantes en cuatro convocatorias.
La coordinadora de la asesoría cubano-venezolana, Vivian Hernández, explicó a Prensa Latina los alcances de un taller sobre estos temas que concluirá el próximo viernes en esta ciudad.
Los análisis se centran sobre todo en la calidad de ese servicio en la esfera pedagógica, dijo, pero también las mesas de trabajo valoran la labor en los asuntos informáticos y administrativos, con el objetivo de rediseñar la estrategia de cara al 2011.
Hernández precisó que uno de los desafíos del programa, titulado Yo sí puedo seguir, es que a finales de este año unos 30 mil alumnos reciban sus títulos de graduados en el segundo curso de la enseñanza primaria.
Asimismo, alabó el apoyo que recibe esta labor por parte de otras misiones internacionalistas de la nación caribeña, entre ellas la médica y la de los trabajadores sociales comunitarios.
Bolivia se declaró Territorio Libre de Analfabetismo en diciembre de 2008, gracias al método pedagógico cubano Yo sí puedo.
La importancia de que más de 824 mil personas aprendieran entonces a leer y a escribir se catalogó como un hito histórico y una necesidad para una mayor comprensión de las actuales transformaciones sociales que encabeza el Presidente Evo Morales en beneficio de sectores marginados por gobiernos neoliberales anteriores.
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