Al tiempo de asegurar incentivos estatales a la producción de alimentos y de promover con el dinero proveniente de la suspensión de la subvención estatal a los carburantes de importación, la industria petrolera, el presidente Evo Morales, insistió en que su decisión de nivelar el precio de las gasolinas apunta a "cuidar" la salud "de la economía boliviana" y que no le importaba el costo político que ella representaba, en una conferencia de prensa de último momento en la que respondió preguntas a los periodistas que habrían quedado pendientes en su discurso de anoche.
En su alocución subrayó que el fondo de su decisión de elevar los precios de las gasolinas y el diesel, este último altamente demandado para la época de siembra y cosecha de granos, especialmente la soja, apunta a contrarrestar el contrabando de líquidos de petróleo, que se alzaba por encima de los 150 millones de dólares año, en desmedro del erario público.
También anunció que invitará a los expertos económicos de su colega de Paraguay, Fernando Lugo, para que lo orienten tras el fuerte aumento en el precio de los carburantes que ha generado protestas y huelga de transportes.
"Humildemente... voy a invitar a sus expertos y a sus técnicos a que me orienten cómo ha producido alimentos para 60 millones" de personas, dijo Morales .
El gobernante destacó "la política económica del presidente Lugo, ya que este año está encabezando el crecimiento económico de la región con más del 9%".
Al quinto día del popularmente denominado "gasolinazo" se multiplicaban las protestas en La Paz y se fortalecía un paro de transportes pese al aumento salarial del 20% a cuatro sectores que decretó Morales el miércoles.
El gobierno dispuso el sábado por decreto un aumento de 73% en la gasolina, 83% en el diesel y 99% en el jet fuel alegando que la mayoría de estos carburantes, que el estado subvencionaba, eran vendidos en las fronteras con Brasil, Argentina, Chile y Perú a un precio mayor que en Bolivia.
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