Álvaro Ríos | Ex ministro de Hidrocarburos : «A la larga, el subsidio es perverso»

Considera que aunque es urgente nivelar gradualmente el precio de los hidrocarburos con el de los países vecinos, esta tarea le será muy difícil al Gobierno, pues desatará otra subida de precios. Para él, el futuro de la economía en el país no será bueno si no hay una efectiva política hidrocarburífera 

Paura Rodríguez Leytón 
 - ¿Cuál es su punto de vista sobre el Gobierno a la hora de lanzar el decreto supremo del ‘gasolinazo’ y luego dejarlo sin efecto?
 - La medida fue bastante fuerte para nuestra frágil sociedad y economía en su conjunto. Que la misma era y es necesaria, es otra cosa que nadie puede discutir para que la cosa funcione en el largo plazo. Lo que ahora se complica es que ya se ha dado un golpe sobre los precios de muchos productos y servicios y cualquier medida progresiva o en etapas de alza de los carburantes puede ser altamente complicada por la inflación especulativa que se pueda generar nuevamente.
- ¿Cómo ve la propuesta de aplicar el incremento del precio de los carburantes de manera gradual, como lo plantea el Gobierno ahora?
- Ahora es mucho más complicado tener u ofrecer escalonamiento de precios en el tiempo, pero es necesario trabajar en alguna estrategia.
 - ¿Considera que es efectivo el control del contrabando en las fronteras? ¿Y si éste realmente diera los resultados esperados, de todas maneras sería necesario subir el precio de los carburantes en el mercado interno?  ¿Por qué?
- El negocio en las fronteras es innegablemente bueno para quienes quieran hacer contrabando, debido a que los precios en los países vecinos son entre tres y cuatro veces superiores a los de nuestro país. El contrabando es muy difícil de controlar cuando cualquier vigilante o fizcalizador es fácilmente comprado e introducido en el negocio porque las ganancias dan para repartir entre varios.
- Anteriormente hubo el proyecto de realizar un cobro diferencial del precio de los carburantes en las fronteras, ¿cree que sea positivo retomar esta idea?
- Esta medida no es nada objetiva y no resulta, ya que como el negocio es tan bueno ocurría que los contrabandistas entrarán a proveerse al interior del país. Permitámonos hacer una analogía con el control migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos, que también se da en la frontera entre Guatemala y México, que es el nuevo punto de entrada de los migrantes latinoamericanos a Estados Unidos; lo hacen por avión porque sacar visa para México es muy complicado y ahora sacar visa para  entrar a Guatemala también se ha complicado y por eso el problema ha bajado hasta Honduras. Resumiendo, mientras exista un mercado el ser humano busca la manera de conseguirlo porque es negocio.
- ¿Considera que YPFB está haciendo un trabajo de exploración y explotación de petróleo efectivo o solamente sus acciones responden a un discurso demagógico?
- Hemos sido críticos con el accionar de YPFB y lo seguiremos siendo. La empresa está politizada y tiene muy poca gestión. Asociarse o trabajar con YPFB es bastante complejo y eso hace que los interesados se desanimen. Para muestra basta un botón y ver que la empresa Gazprom (empresa rusa de gas) después de más de dos años de intento, no puede firmar un contrato de sociedad anónima mixta con YPFB.
Se requiere una alta reingeniería en YPFB para convertirla en una verdadera empresa petrolera y que además deje de ser juez y parte. Se debe crear una agencia que fiscalice la industria de exploración y explotación y el rol de YPFB debe ser el de una empresa fiscalizada más. Los controles estatales tienen que desaparecer y en vez de sociólogos se tiene que contratar más geólogos para convertirla en una empresa exitosa en las tareas exploratorias.
- ¿Será suficiente incentivo para las petroleras el anuncio que hizo el Gobierno de devolver el cien por cien de la inversión si es que encuentran petróleo?
- De ninguna manera esto no resuelve nada. Nuestra propuesta es que se pueda tener una medida combinada que resuelva en algo varias aristas de este complejo asunto. Primero, otorgar directamente a las empresas, incluyendo a YPFB, un precio que el Estado se comprometa a pagar por los hidrocarburos en boca de pozo, es decir, subsidiar la producción interna futura para un nueva producción y no la importación que no genera nada. Por ejemplo, subir de 27 a 50 dólares por barril de petróleo, que sería devuelto en el futuro con los mismos impuestos que se paguen por la producción en boca de pozo. Paralelamente, hay que gestar un alza entre un 30 y 35 por ciento de los precios de los hidrocarburos para desincentivar en algo el contrabando (que el negocio no sea tan bueno y más controlable) y generar recursos que el Gobierno necesita y además, dejar de importar diésel en el futuro.
Complementariamente se podría reducir el 50 por ciento de tributos directos en boca de pozo; y bajar del demagógico 50 por ciento a un 35 por ciento para así tener alto incentivo y se pueda buscar líquidos en el norte de Bolivia. Eso sí, YPFB debe pasar por una alta reingeniería porque lo anterior difícilmente funcionará con el YPFB que tenemos actualmente. También se precisa de una nueva ley de hidrocarburos en la que las reglas sean claras por los próximos 20 a 30 años y que deje un nuevo modelo de contrato diferente del que se tiene.
- Con el ‘gasolinazo’ surgió la idea del uso del gas como una alternativa, ¿ésta es sostenible en el tiempo o se trata también de una reserva que tiene límites y está sujeta a nuevas exploraciones?
- No es sostenible. El gas natural en el mercado interno está altamente subsidiado y la exportación a Brasil y la que se hará a Argentina hacen posible que estos muy bajos precios se mantengan en el mercado interno.
Si la demanda interna, que ya está en nueve millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), sube rápidamente con la demanda que se está generando, en cinco años más tendremos una demanda interna que estará en el orden de los 14 a 15 MMm3/d, que cada vez es más difícil de subsidiar y entonces el Gobierno de turno igualará los precios del gas (como dice el oficialismo) o habrá un ‘gasazo’ (como dice la oposición). Los subsidios en el largo plazo son perversos. 

Nota: el deber