Nacionalizada: la empresa de telecomunicaciones revertida al Estado
Dificultades: Las estatales que antes fueron administradas por los privados no muestran el vigor que espera el Gobierno.
YPFB es la capitalizada que volvió a convertirse en soporte del Tesoro General del Estado (TGE), pero su existencia es frágil porque no recibe los recursos que le permitirían fortalecerse y producir diésel, gasolina y gas licuado de petróleo (GLP).
El aporte al TGE de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) es menor al de las privadas Tigo y Viva, a pesar de que su oferta de servicios es mayor a la de su competencia.
Estas son algunas de las dificultades que deben sortear las empresas nacionalizadas y ahora administradas por el Gobierno.
Por su parte, la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa) registró un descenso en sus ventas en la región oriental, una zona donde tenía una presencia destacada durante el periodo en que fue administrada por la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce).
El proceso de nacionalización de empresas públicas comenzó el 1 de mayo de 2006, cuando el Gobierno resolvió modificar los contratos de operaciones con petroleras extranjeras e incrementar las participaciones impositivas para aumentar sus ingresos.
Desde entonces, un total de 13 empresas volvieron al control estatal en un proceso que el Gobierno aplica para hacer crecer los ingresos fiscales.
Además de las petroleras, las empresas recuperadas comprenden a las hidroeléctricas Corani, Guaracachi, Valle Hermoso y la Cooperativa de Luz y Fuerza de Cochabamba (Elfec).
Entre las compañías nacionalizadas se encuentra también la Empresa Metalúrgica Vinto, en Oruro.
En mayo de 2007, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) fue nacionalizada tras un periodo de administración a cargo de la italiana Telecom. El año 2009, el presidente Evo Morales dispuso la estatización de la distribuidora de combustible aéreo Air-BP, que estuvo administrada por la británica British Petroleum. En ese año también se nacionalizó una planta de fundición de antimonio que era administrada por la suiza Glencore.
YPFB aporta, pero sin apoyo
La petrolera estatal YPFB Corporación, asociada a petroleras extranjeras, contribuyó con 1.749 millones de bolivianos por concepto de impuestos en 2010, excepto el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
El Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) asignó el primer lugar en contribuciones tributarias a la estatal, que aparece asociada a sus empresas subsidiarias y en las cuales se incluye a inversionistas privados. Sin embargo, su capacidad productiva está en cuestión porque la mayor inversión corresponde a las empresas asociadas.
El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Juan Carlos Guzmán, afirmó que en toda la cadena de producción petrolera, YPFB recibe pocos recursos para aumentar la oferta de gasolina, diésel y gas licuado de petróleo (GLP).
Estos carburantes son importados desde Venezuela y países vecinos con un precio elevado y vendidos en el mercado interno a bajos precios mediante una gestión de subvención calculada en 380 millones de dólares. YPFB intenta recuperar su papel productivo y este año perfora un pozo de exploración cerca de Camiri, en tanto que sus subsidiarias perforarán otros 14 pozos.
Entel, menos que Viva y Tigo
La nacionalizada Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) ocupa el tercer lugar entre los contribuyentes a Impuestos Nacionales durante 2010, por debajo de las privadas Telefónica Celular de Bolivia S.A. (Tigo) y Nuevatel PCS de Bolivia S.A (Viva).
Durante la pasada gestión, Tigo contribuyó con 276 millones de bolivianos, en segundo lugar quedó Viva, con 244 millones de bolivianos. Mientras que la estatal Entel aportó con 240 millones de bolivianos al Tesoro General del Estado.
YPFB es la capitalizada que volvió a convertirse en soporte del Tesoro General del Estado (TGE), pero su existencia es frágil porque no recibe los recursos que le permitirían fortalecerse y producir diésel, gasolina y gas licuado de petróleo (GLP).
El aporte al TGE de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) es menor al de las privadas Tigo y Viva, a pesar de que su oferta de servicios es mayor a la de su competencia.
Estas son algunas de las dificultades que deben sortear las empresas nacionalizadas y ahora administradas por el Gobierno.
Por su parte, la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa) registró un descenso en sus ventas en la región oriental, una zona donde tenía una presencia destacada durante el periodo en que fue administrada por la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce).
El proceso de nacionalización de empresas públicas comenzó el 1 de mayo de 2006, cuando el Gobierno resolvió modificar los contratos de operaciones con petroleras extranjeras e incrementar las participaciones impositivas para aumentar sus ingresos.
Desde entonces, un total de 13 empresas volvieron al control estatal en un proceso que el Gobierno aplica para hacer crecer los ingresos fiscales.
Además de las petroleras, las empresas recuperadas comprenden a las hidroeléctricas Corani, Guaracachi, Valle Hermoso y la Cooperativa de Luz y Fuerza de Cochabamba (Elfec).
Entre las compañías nacionalizadas se encuentra también la Empresa Metalúrgica Vinto, en Oruro.
En mayo de 2007, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) fue nacionalizada tras un periodo de administración a cargo de la italiana Telecom. El año 2009, el presidente Evo Morales dispuso la estatización de la distribuidora de combustible aéreo Air-BP, que estuvo administrada por la británica British Petroleum. En ese año también se nacionalizó una planta de fundición de antimonio que era administrada por la suiza Glencore.
YPFB aporta, pero sin apoyo
La petrolera estatal YPFB Corporación, asociada a petroleras extranjeras, contribuyó con 1.749 millones de bolivianos por concepto de impuestos en 2010, excepto el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
El Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) asignó el primer lugar en contribuciones tributarias a la estatal, que aparece asociada a sus empresas subsidiarias y en las cuales se incluye a inversionistas privados. Sin embargo, su capacidad productiva está en cuestión porque la mayor inversión corresponde a las empresas asociadas.
El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Juan Carlos Guzmán, afirmó que en toda la cadena de producción petrolera, YPFB recibe pocos recursos para aumentar la oferta de gasolina, diésel y gas licuado de petróleo (GLP).
Estos carburantes son importados desde Venezuela y países vecinos con un precio elevado y vendidos en el mercado interno a bajos precios mediante una gestión de subvención calculada en 380 millones de dólares. YPFB intenta recuperar su papel productivo y este año perfora un pozo de exploración cerca de Camiri, en tanto que sus subsidiarias perforarán otros 14 pozos.
Entel, menos que Viva y Tigo
La nacionalizada Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) ocupa el tercer lugar entre los contribuyentes a Impuestos Nacionales durante 2010, por debajo de las privadas Telefónica Celular de Bolivia S.A. (Tigo) y Nuevatel PCS de Bolivia S.A (Viva).
Durante la pasada gestión, Tigo contribuyó con 276 millones de bolivianos, en segundo lugar quedó Viva, con 244 millones de bolivianos. Mientras que la estatal Entel aportó con 240 millones de bolivianos al Tesoro General del Estado.
0 Comentarios