Como si se estuviera invocando a Keyser Söze, el personaje que representaba al más sangriento de los criminales en el film Los sospechosos de siempre, hablar del supuesto dueño de los 944 kg de cocaína secuestrados en el avión de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, en España, provoca miedo entre policías, testigos y fiscales.
Semejante miedo no es casual, especialmente si se tiene en cuenta que en las últimas horas una serie de detenciones confirmaron que la mafia del narcotráfico penetró en la principal fuerza de seguridad destinada a la lucha contra el tráfico de drogas de Bolivia.
El general René Sanabria Oropeza, quien se desempeñó como máximo responsable de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) y que actualmente era el principal asesor de Inteligencia Criminal del gobierno de Evo Morales, fue apresado durante un operativo antidrogas realizado en Panamá por la policía boliviana y la Agencia de Lucha contra el Narcotráfico de los Estados Unidos (DEA).
Además de Sanabria fueron detenidos un coronel, un mayor y un capitán. Según el ministro de Gobierno boliviano, Sacha Llorenti, los cuatro policías formaban parte de una banda que colaboraba con narcotraficantes en el envío de droga a Estados Unidos.
En el caso del narcojet, los investigadores bolivianos sostienen que un colombiano, de nombre Guillermo, y al que en esta ciudad conocen como "Memo", habría contratado a los hermanos Juliá para llevar el cargamento de droga a España.
Con Información tomada de: La Nación
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