La línea, por supuesto, es delicada. He participado en movimientos ciudadanos y he contribuido en muchas ocasiones a elevar a trending topic determinados mensajes, pero nunca he percibido una manipulación como tal, unas “órdenes de equipo” establecidas de manera específica y coordinada más allá de cierto sentido común. Los movimientos ciudadanos, al menos en los casos que yo he vivido, se distinguen por tener un importante componente de espontaneidad: personas que ven un mensaje con el que simpatizan, que quieren apoyar, y que espontáneamente se unen para incluirlo en sus actualizaciones. Nada que ver con el “toque a rebato” y la “movilización de fieles” que caracteriza el uso que los partidos políticos hacen de Twitter y que me comentaron que se vivió el pasado sábado. Cuando este tipo de cosas se manipulan, se nota: saben a manipulación, huelen a manipulación… son manipulación. Situar hashtags basándose en un cierto número de militantes convocados de manera no espontánea no convierte al partido que lo hace en más cool o en más moderno, lo convierte sencillamente en mentiroso y en manipulador.
El episodio, que comenta Gonzalo Toca en Expansión en un artículo titulado “Rubalcaba pierde la batalla 2.0. en Twitter tras su primer gran discurso” en el que además me cita, no es en absoluto privativo de ese partido: lo he visto hacer en otros partidos exactamente igual, con el mismo nivel de preparación, con la misma intención manipuladora, con la misma vocación de “hay que tomar Twitter por asalto” y de “vamos a parecer más y simular un clamor popular”. Si esta es la reacción de la política a los movimientos sociales que se expresan espontáneamente en la red, que dios nos coja confesados, porque lo vamos a ver tristemente repetido en demasiadas ocasiones. Más de lo mismo. Burdo. Absurdo. Manipulador. Propagandístico. Y tristemente demostrativo de cómo algunos entienden la web social.
Nota : Enrique Dans
0 Comentarios