La justicia noruega podría juzgar a Anders Behring Breivik, el autor confeso de las dos masacres cometidas el viernes en Noruega, por crímenes contra la humanidad, dijo hoy el diario "Aftenposten".
El fiscal de la policía Christian Hatlo podría recurrir al párrafo 102 del código penal que contempla los "ataques sistemáticos contra la población civil" por sus convicciones políticas bajo el título de "crímenes contra la humanidad", agregó el diario.
La pena máxima que se puede aplicar en Noruega para delitos de terrorismo es de 21 años. En cambio, si se tratara de un crimen contra la humanidad, el atacante podría llegar a pasar 30 años en prisión.
El ministro de Justicia, Knut Storberget, se negó a comentar esta posibilidad alegando la independencia del poder judicial.
Sin embargo, recordó que él se desempeñaba en el departamento de Justicia cuando se elaboró hace un par de años la ley que contempla los crímenes contra la humanidad.
"Está dirigida a aquellos que se cobran muchas vidas civiles", explicó Storberget a la televisión TV2.
El ministro reconoció el profundo impacto que tuvieron los atentados del viernes, en los que murieron 76 personas.
No obstante, hizo un llamado a la tranquilidad. "Lentamente, pero con firmeza debemos volver a la normalidad", declaró tras reunirse con la policía para informarse de las novedades.
Storberget destacó la importancia de mantenerse alerta tras los ataques y defendió la actuación de la policía tras las críticas recibidas por la tardía detención del atacante.
Sin embargo, señaló, "estoy abierto a ese debate de cómo podían haberlo hecho. Hay tiempo para todo".
El ultraderechista Breivik justificó los atentados de Oslo y la isla de Utoya alegando que quería castigar al gobernante partido socialdemócrata por dejar ingresar al país a musulmanes y para defender a Europa del marxismo.
La mayoría de las víctimas eran adolescentes que visitaban el campamento de verano del Partido Laborista, AUF.
Según fuentes policiales citadas por el diario "Dagbladet", el objetivo del ataque contra la isla habría sido la primera ministra, la laborista Gro Harlem Brundtland, quien fue jefa de gobierno durante tres mandatos entre 1981 y 1996 y que estuvo el viernes en Utoya, pero se fue antes de la masacre.
El atacante de 32 años permanece bajo custodia de la policía de Oslo y está siendo analizado por dos psiquiatras en prisión, que investigan sus facultades mentales.
Durante su primera presentación ante la justicia, Breivik admitió el lunes haber perpetrado ambos atentados.
El fiscal Hatlo, presente en la vista, señaló a la prensa que Breivik compareció "calmado e imperturbable" y cuestionó incluso al magistrado Kim Heger por celebrar la sesión a puerta cerrada.
Mientras, la policía se dispone a comenzar a revelar hoy los nombres de las víctimas. "En cuanto se verifiquen las identidades, la policía del distrito de Oslo los anunciará", anunció hoy el jefe de la policía, Arnstein Gjengedal, a la radio pública NRK.
Los anuncios de las identidades se realizarán paulatinamente, una vez que se haya informado a las familias.
Según el "Aftenposten", 57 de los 68 muertos en Utoya fueron encontrados en la isla, mientras 10 aparecieron en las aguas cercanas. Uno de los heridos murió en el hospital de Oslo.
En la noche del lunes, unas doscientas mil personas se dieron cita para guardar luto por las víctimas en el centro de Oslo, ciudad en la que viven medio millón de personas.
"Esta tarde, las calles están llenas de amor", dijo el príncipe heredero Haakon en la plaza frente al Ayuntamiento de Oslo.
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