La Paz, 15 ago.- La Paz Fútbol Club se entrena en Següencoma, en el sur de la ciudad. Estos días, la mayoría de los jugadores se toca el bolsillo y sólo hay monedas para el micro o el trufi, y a veces ni eso. Pero hay que llegar al lugar para la práctica.
En la plantilla hay muchachos que quieren triunfar con su fútbol, pero han empezado ya a probar la hiel de un camino que a veces lleva a unos al éxito rápido y a otros los relega en la penuria y la frustración.Sin embargo, la esperanza es tan grande en ellos, que no les importa compartir entre cuatro un cuarto para dormir, al menos por ahora, o bajar la cabeza para pedir prestado 10 bolivianos a un compañero para volver al centro de la ciudad. O llamar a la mamá (que vive en otra ciudad) para que les envíe algo de dinero con el “te lo voy a devolver cuando cobre”.
Así está la realidad del equipo ‘azulgrana’ estos días, insostenible, y, pese a ello, el técnico Juan Carlos Paz García y el grupo siguen trabajando para el inicio de la temporada liguera 2011-2012, a fines de agosto.
El club, que no hace mucho estuvo clasificado incluso a una Copa Libertadores, tiene hoy una planilla mensual de 12 mil bolivianos y, en consecuencia, los sueldos no son onerosos y más bien en algunos casos son de ‘supervivencia’.
A ello se suma el retraso del pago. Ya van dos meses sin cobrar y eso se siente en la economía familiar de los futbolistas.
“La situación es triste, pero tratamos de sobrellevarla a pesar de que ya no hay dinero ni para los pasajes, y entonces tenemos que recurrir a la familia y los compañeros, que son buenos, para que nos presten unos pesos”, dice el juvenil Juan Carlos Sampieri.
La semana anterior, el equipo se reunió, analizó el crítico panorama y decidió paralizar el trabajo como medida de presión. Sin embargo, un compromiso del presidente Mauricio González evitó que aquello se prolongue.
Conscientes también de que sin trabajo sólo el equipo va a perjudicarse, los jugadores continúan con sus entrenamientos, pero en medio de la dificultad económica.
“No podemos darnos el lujo de parar más entrenamientos porque somos el último equipo que empezó la pretemporada, así que esperamos que el presidente pueda hacer su parte y cumplir con el pago de sueldos”, señala Álvaro Ricaldi, uno de los jugadores de experiencia del plantel. Richard Rojas y Ricaldi, que son los jugadores que más ganan, están ayudando a los más necesitados para que no les falte el transporte.
La solidaridad ha vuelto a La Paz FC en una familia dentro del equipo, sin embargo si esto continúa va a llegar el descalabro. “Hay muchachos que no tienen plata para pasajes ni para comer, y dentro del grupo estamos haciendo esfuerzos. Varios compañeros estamos prestando dinero para que este grupo no se caiga y siga yendo hacia adelante”, agrega Ricaldi.
Durante los entrenamientos se ven sonrisas, los jugadores se hacen bromas y también trabajan. Pero cuando terminan, los semblantes cambian. Los rostros serios de preocupación y aflicción vuelven rápido. La realidad es otra fuera de la cancha.
Al cambiarse de indumentaria, todos coinciden en que ojalá la dirigencia cumpla lo que prometió. “Esperamos que se les ablande el corazón y nos paguen. Todos ponemos el hombro para sacar a la institución adelante y eso también debería reconocerse”.
Para el dirigente González, “todo lo que se habla no es cierto”. Desde Santa Cruz, el jueves dijo que es evidente que “se le debe al equipo, pero grupo por grupo vamos a ir poniéndonos al día. Además, en el caso de los más jóvenes, ellos están alojados y pensionados, así que mal pueden decir que pasan hambre”.
La referencia tiene que ver con la declaración de algunos jugadores, que señalaron que no tienen “ni para comer”. Algunos juveniles reconocieron que evidentemente lo que dice el presidente González es cierto, pero también dijeron que necesitan sus sueldos para cubrir diferentes gastos que tienen, como el transporte.
Un grupo aparte que también soporta la crisis es la de los extranjeros. El paraguayo Jorge Florentín, el argentino Fernando Molina y el brasileño Fernando Marteli Díaz sienten esta iliquidez del club de distinta forma.
“Para nosotros es muy difícil sobrellevar esta situación; quienes dependemos solamente de nuestros sueldos la pasamos mal porque no tenemos mayor respaldo y eso crea molestia, que no se cumpla lo que se debe. Uno viene por tener mejores perspectivas fuera de su país y tropezamos con estos problemas. Es una pena lo que pasa”, dice el delantero Florentín.
Contó que “hay compañeros que están comenzando su carrera en el fútbol, cobran de paso poco y tienen muchas necesidades, ya que no pueden sustentar su hogar. Así que sólo quedar confiar en el club y que pronto esto se vaya a solucionar por el bien de todos”.
En el club sólo González es el que se encarga de todo. El club es enteramente suyo. Evidentemente es una gran carga para una persona, pero él lo asumió como tal. Antes solucionaba estos contratiempos transfiriendo jugadores a clubes del exterior y le iba bien, pero eso fue cuando el equipo cumplía buena campaña en la Liga.
Ahora la situación cambió. El club que para él significaba ingresos ayer, se ha vuelto un gasto hoy. Los ingresos son mínimos y los egresos han crecido. La soga la tiene en el cuello.
Se dice que el club hasta podría desaparecer. Lo único cierto hoy es que el equipo pasa por un mal momento. Y el estado de ánimo no es de los mejores.
El domingo 28 de agosto comenzará para La Paz FC el torneo Copa Entel de la Liga. Ese día enfrentará a The Strongest. ¿Llegará?
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