El comandante de Santa Cruz, Erick Holguín; de La Paz, Jhonny Omar Chávez; y el de Cochabamba, Ismael Tito, estuvieron en la represión de los 36 días en Santa Cruz. Ahora, son enviados a puestos claves. El ministro los pone en la línea del generalato
El Gobierno ha relevado y reubicado a los nueve comandantes departamentales de la Policía. El ministro del área, Eduardo del Castillo, dijo a los nuevos jefes policiales que se juegan el generalato y que no necesitan “amigos” para llegar a ese objetivo, sino eficiencia. Expertos y analistas ven que su misión será poner mano dura en los conflictos sociales que están en curso o que se vienen, por protestas de sectores y la crisis económica que llevará a la gente a las calles, tarde o temprano.
El Gobierno en las últimas semanas enfrenta el conflicto de los maestros. El sector reclama ítems y el cambio de la malla curricular y su movilización alcanzó nivel nacional, urbano, y rural, incluso con bloqueo de caminos y cierre de fronteras; tiene ya una huelga de hambre, pasó por un paro de 24 horas, está en uno de 48 y el siguiente escalón será el indefinido, si no hay diálogo.
Se viene otro conflicto que podría generar tensión a gran escala por el anuncio de la presentación a la Asamblea Legislativa de un proyecto de ley que supuestamente intenta reponer la ley contra la legitimación de ganancias ilícitas.
El 13 de noviembre de 2021, el presidente Luis Arce abrogó la ley 1386 que tenía contenido similar y que motivó un paro, marchas y bloqueos por seis días, con epicentro en Santa Cruz y Potosí. Analistas creen que esto se podría repetir.
A eso se suma la crisis económica por la que atraviesa el país, la escasez de dólares, la baja de las reservas internacionales, que llevarán protestas masivas a las calles del país.
A Santa Cruz retorna Erick Enrique Holguín Donaire; en La Paz fue ubicado Jhonny Omar Chávez Bascopé (último comandante en Santa Cruz); en Cochabamba, Ismael Tito Villca Vargas (va de La Paz); Oruro, Jorge René Ríos Iturri; Chuquisaca, Marco Antonio Gutiérrez Delgadillo; Potosí, Fernando Isnado Pimentel; Tarija, Edson Antonio Claure Mora; Beni, Gonzalo Torrico Valdez y Pando, Hernán Romero Segovia.
Mientras, el nuevo director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) es Douglas Gonzalo Uzquiano Medrano; Contra la violencia (Felcv) es Edgar Cortez Albornoz y contra el narcotráfico (Felcn) José Gregorio Illanes Rivero.
El abogado y militar en servicio pasivo Jorge Santistevan señaló tras analizar la lista que no se trata de un cambio de comandantes. “Percibo una reubicación absolutamente estratégica. El Gobierno coloca gente de su entera confianza, dejando de lado la renovación y ubica a coroneles que se han puesto la capucha de guerra y han enfrentado a la población en anteriores conflictos”, señaló.
El retorno de Holguín a Santa Cruz, la designación de Chávez en La Paz y de Tito en Cochabamba, lo demuestran. “Estos tres jefes policiales estuvieron en las trincheras policiales, porque fueron traídos de distintos puntos del país y han participado en la represión policial durante los 36 días de paro en demanda de censo en 2023”, aseguró Santistevan.
Además, manifestó que “los tres tienen experiencia en combate en las calles, en los más intensos como los ocurridos en Santa Cruz, en el Plan Tres Mil, la Villa 1 de mayo, el caso de los acuíferos, el bloqueo a las instalaciones de YPFB, que fueron los más sangrientos, donde hubo muertos y decenas de heridos”.
Por otra parte, Holguín ya fue comandante cruceño y en un aniversario policial protagonizó un incidente que causó mucho malestar, cuando se izaron las banderas de Bolivia y la Wiphala y no la de Santa Cruz.
El analista político y experto en resolución de conflictos Gregorio Lanza sostuvo que este ‘cambio’ es resultado de una profunda crisis de corrupción y descontrol en que está envuelta la Policía.
“Morales dejó una estructura clientelar, en la que los altos oficiales, a cambio de lealtad política, tenían carta blanca para sus fechorías. Esta lógica se ha mantenido con Arce. Se vio en el conflicto cruceño, donde los policías arremetieron contra la población civil, o en las tomas de tierras, donde no ingresan para desalojar a sectores delincuenciales vinculados al MAS”, acotó.
Por lo tanto, opinó que “el objetivo fundamental del cambio es tener un control clientelar, fidelidad de los mandos para la represión ante los conflictos que están en curso se vienen y que serán muy graves”.
En el acto de posesión que se realizó este jueves, el ministro Del Castillo señaló que “los nuevos retos y tareas en la Policía boliviana nunca terminan y es obligación de nuestras fuerzas policiales estar en constante formación y actualización para responder a la ciudadanía de nuestra querida patria Bolivia”, dijo.
Entonces lanzó un desafío: “Muchos de ustedes han demostrado, hasta este momento, sus capacidades excepcionales en el mando y en el trabajo policial en otras regiones, en otras áreas, dentro de la Policía, por eso mismo fueron escogidos para continuar desempeñando altas funciones al interior. Ahora se encuentran en una verdadera carrera hacia los generales. Seguir subiendo a la cúspide sólo depende de ustedes. No necesitan los nuevos comandantes departamentales amigos para subir en grados, necesitan mostrarle al pueblo boliviano que los conocimientos adquiridos en más de 30 años de servicio serán implementados en bien y favor de todo el pueblo boliviano, trabajen con responsabilidad, por la sociedad, con calidad y calidez; realicen más acciones de prevención, optimicen sus recursos, reduzcan los delitos y generen más presencia en sus territorios”, afirmó.
Del Castillo dijo a los jefes policiales que el país y sus regiones “esperan mucho de ustedes. Hay millones de bolivianos y bolivianas en todos los rincones de la patria que descargan su seguridad y su integridad, la de sus familias a su trabajo y el de nadie más. Cuiden al pueblo y protéjanlo de sus amenazas, porque como se dijo en varias ocasiones, la Policía no es más que el pueblo vestido de uniforme y debemos luchar contra el mal por el bien de todos”. Pidió que optimicen sus recursos, reduzcan los delitos y generen presencia en sus territorios”.
En los últimos dos años se conocieron denuncias de jefes policiales vinculados con el narcotráfico, con mafias organizadas de robo de vehículos, en casos de trata de personas y asalto a mano armada.
La semana pasada fue detenido el capitán de la Policía Javier Alberti, acusado de formar parte de un grupo internacional dedicado al robo de vehículos.
Asimismo, el capitán Edman Lara enfrenta un proceso por denunciar corrupción en la Policía.
Fuentes policiales reclamaron que además de la corrupción, no hay cambios reales en la Policía. Un jefe policial en servicio activo dijo que “la misma rosca es la que está en la línea de ascenso”.
0 Comentarios