Limpiemos el vecindario, dejemos de lado las bolsas de plástico, caminemos más...
La celebración del Día del Medio Ambiente llega cuando sigue impactando el funesto derrame de petróleo en el Golfo de México, un desastre ecológico de enorme magnitud cuyas consecuencias todavía están por verse. Los eventos naturales no dejan de suceder, casi siempre provocados por la mano del hombre.
Bajo el lema: “Muchas Especies. Un Planeta. Un Futuro”, el objetivo de este día es sensibilizar a la población en torno a los flagelos que causan daños irreversibles al planeta, como el de la marea negra, pero además motivar una labor política de parte de los gobiernos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha elegido a Ruanda como el anfitrión mundial de esta jornada, considerando que ese país africano transita hacia una “economía verde”, es decir, orientada al respeto de la ecología.
El de Ruanda es un ejemplo a seguir. Con sus innumerables problemas actuales, que incluyen altos índices de pobreza, no descuida el futuro, por ejemplo, desarrollando energías renovables tales como energía solar y la generación de biogás.
La responsabilidad ambiental, como concepto fundamental para comprender y luego actuar en consecuencia, no ha calado hondo en Bolivia y, en general, en Sudamérica, al contrario de lo que viene ocurriendo en algunos de los países desarrollados. Pareciera que fuese un problema de otros, que no nos tocara, cuando en realidad es vital para el bienestar de la humanidad, así como para la supervivencia de las especies y ecosistemas.
Hoy, a la par de la fiesta de la diversidad biológica que se armará en centenares de ciudades de todo el mundo, conviene reflexionar sobre la propuesta del PNUMA de un “cambio ambiental positivo”. En nuestro país, la palabra “cambio” está de moda en lo político; ¿por qué no trasladar ese mismo cambio a la actividad diaria de los bolivianos en relación con su hábitat?
Éste quizá sea el momento de cambiar algunos de nuestros hábitos para aportar al cometido general de, por ejemplo, contaminar menos. Porque la idea del Día Mundial del Medio Ambiente no es quedarse en la retórica, qué mejor contribución que sumarnos a los llamados de las organizaciones ambientalistas a realizar acciones tales como la limpieza del vecindario, dejar de usar bolsas de plástico, plantar un árbol, caminar al trabajo y utilizar productos elaborados con material reciclado. Todo sea por el planeta...
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