La recepción del Willkakuti o Año Nuevo Aymara a celebrarse el próximo 21 de junio tendrá alcance nacional, según afirmó ayer la ministra de Culturas, Zulma Yugar.
“No sólo Tiwanaku, sino varias otras ciudades del país, como El Alto, Cochabamba, Sucre, Oruro, Potosí y Samaipata en Santa Cruz, serán escenario de la celebración del este año nuevo que suma más de 5.518 años según la tradición occidental”, dijo la autoridad.
Empero aclaró que el centro de las celebraciones del solsticio de invierno será el templo ceremonial de Tiwanaku, y que para ello ya coordina acciones con autoridades originarias del lugar.
ANTECEDENTES
El pasado año, una imponente ceremonia precedió a la recepción de los primeros rayos del sol sobre las ruinas de Tiwanaku marcando el ingreso del año 5.517 de la cultura de los aymaras, que en esa gestión tuvo el realce esperado por autoridades ediles de esta zona inminentemente turística que está a 72 kilómetros de la sede de Gobierno.
Aunque no se contó con la presencia del primer mandatario del Estado Plurinacional, Evo Morales, como lo había anunciado, la joven autoridad edil de Tiwanacu (alcaldesa Eulogia Quispe), vio copadas sus expectativas porque experimentó que en su región estaban posados los ojos de gran parte de la humanidad, ya que el evento llegó vía internet a todos los confines del planeta Tierra.
En esa oportunidad el programa festivo arrancó la tarde del sábado con una ofrenda a la Madre Tierra en el cerro denominado Qimsachata, luego se inauguró una Feria de Biodiversidad y Arte Popular seguido de una conferencia sobre la civilización andina dictada por investigadores arqueólogos y antropólogos de renombre internacional.
Finalmente, cerca de las 19:00 se dio inicio a la tradicional velada.
La explanada del templete semi subterráneo del Kalasasaya, en medio de las ruinas tiwanacotas fue el escenario donde miles de personas, entre bailes y cantos, soportaron el crudo frío invernal aguardando el evento astral de la madrugada de esta jornada.
La llegada de muchos visitantes movilizó a más de un centenar de efectivos policiales, de la Fuerza Naval, y miembros de seguridad sindical de la población, pese a ello, al final del acto las calles de la población reflejaron un triste panorama de personas en estado inconveniente y casi nunca se sancionó por faltas a la normativa.
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