Cabañeros: ‘No nos movemos’


El anuncio de reubicación o cambios que ha hecho el Municipio en las cabañas del Piraí ha desatado el temor. “No imagino mi vida lejos de este lugar que me ha dado tanto” expresó Teodosia Campos (67) una de las primeras vendedoras desde el año 1970. 
La mujer, que tras las riadas del ‘83 volvió nuevamente a asentarse en las riberas, vende comida típica y ha criado a sus diez hijos que nacieron ahí. 
Ella, al igual que sus demás compañeros temen perder las inversiones que han hecho en sus cabañas, luego que la comuna anunciara reestructurar  el paseo por el desorden imperante y la venta de bebidas alcohólicas.

no cederán
De acuerdo a su dirigente, Eduardo Chanove, los comerciantes están dispuestos a colaborar y a trabajar con la Municipalidad a fin de convertir el paseo en un potencial turístico. Sin embargo, adelantó que no darán su brazo a torcer ante la propuesta de uniformar las cabañas como sugirió el Ejecutivo Municipal, puesto que ello implica una pérdida considerable en sus ingresos económicos ya que según manifestó algunos de sus comerciantes hicieron préstamos para equipar sus negocios.
 También justificó el problema del descontrol en el expendio de bebidas alcohólicas y en la seguridad ciudadana a la falta de colaboración de las autoridades.
Los cabañeros y la Alcaldía se volverán a reunir este martes para tratar la problemática.
detalles
1970 • Se realiza el primer asentamiento de once familias a orillas del Piraí con la finalidad de generar ingresos con la venta  de alimentos. 

Riada • En 1983  tuvieron que desalojar sus puestos por la   inundación del Piraí.

Cabañeros •  Al poco tiempo de la riada varias familias retornaron al lugar al no poder establecer una vivienda en la capital. Actualmente alrededor  de 100 familias viven del negocio de comidas típicas.
Historias de vida en las cabañas
‘Quisiera volver el tiempo atrás  ’
Teodosia Campos, Cabaña Jasayé
“Llegamos en 1970 con mi esposo, en busca de mejores días. En aquel entonces sólo éramos 11 las familias asentadas en las orillas del río. Iniciamos el negocio vendiendo raspadillos porque no teníamos el suficiente capital para vender comida. En 1983 tuvimos que dejarlo todo por la riada pero decidimos volver pues no logramos adaptarnos a la ciudad, con el tiempo logramos  fijar el negocio  que nos permitió criar nuestros 10 hijos. Me encantaría que todo vuelva a ser como antes y pasar mis últimos días en este lugar”.
‘Sigo el ejemplo de mis padres’
Humberto Bauer, Cabaña el Tucán
“De los seis hermanos que nos criamos entre las sillas y mesas del negocio de mis padres, yo fui el único que me interesé en seguir  sus pasos por eso me responsabilicé  del negocio. Me siento muy orgulloso de promover la cultura cruceña con mi trabajo y más aún porque me ha permitido criar a mis cuatro hijos. Luchar y salir adelante no ha sido nada sencillo, pero esta es mi vida y así quiero vivirla, el hecho de vivir en este lugar no significa que pueda darle a mis hijos la oportunidad de formarse y ser alguien en la vida.
‘Aún lucho por quedarme aquí ’
Tomás Suárez, 
Cabaña Piraicito ex Pascana
“Siempre me gustó el trabajo que hacían mis padres quienes me heredaron la habilidad y el cariño para vender las comidas y masas típicas de Santa Cruz. El destino me jugó una pasada en años pasados cuando el negocio que con tanto esfuerzo montó mi familia se vino abajo por causa de un incendio, el accidente no fue un obstáculo, porque salí adelante y logré que la ciudadanía y mis compañeros me ayuden para continuar con mi negocio. También hice un préstamo  por eso no quiero que la Alcaldía nos cambie de lugar”.

Ref. Fotografia: Un centenar de cabañeros está inquieto porque el Municipio anunció que serán re-ubicados o harán cambios en sus chozas. El martes se reúnen en el Concejo.

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