PEQUEÑO EMPRESARIO DEL RUBRO DE CARPINTERÍA CON EL APOYO DE MICROCRÉDITOS. |
• “Después de 25 años, el rubro es maduro y competitivo. Busca atraer cada vez más clientes y copar mayores espacios de mercado, innovando en productos y servicios”.
Bolivia es paradigma mundial en oferta de servicios microfinancieros, según asegura la Fundación Milenio que ha realizado diversos estudios acerca del microcrédito.
A este tipo de economía se la denomina microfinanzas; en uno de los análisis, Milenio hace conocer la situación actual de este rubro y señala que: “después de 25 años de crecimiento y diversificación, las microfinanzas en Bolivia son una historia de éxitos. Acompañando a la gran expansión que se dio en el sector informal de la economía boliviana y el surgimiento de miles de unidades económicas microempresariales, urbanas y rurales, gran parte de ellas de carácter familiar”.
Se afirma que “ así surgió una industria financiera de oferta de préstamos para esa población, con resultados tan exitosos que hoy en día nuestro país es paradigma mundial en la oferta de servicios microfinancieros”.
MADUREZ
Milenio afirma que “las microfinanzas alcanzaron madurez y competitividad, sus actores (entidades micro financieras reguladas y autorreguladas), continúan innovando en productos y servicios, buscando atraer cada vez más clientes y copar mayores espacios de mercado”.
Es tal el atractivo de este mercado que varias entidades que tradicionalmente no lo atendían, están comenzando a desarrollar ofertas para captar parte de esa atractiva demanda, pues muestra historiales de mora muy bajos y no tiene a la tasa de interés como variable de decisión final para obtener un préstamo.
RIESGOS
Si bien el ingreso de esos nuevos actores parecería, a priori, un favorable estímulo a la competencia, que puede llevar mejores tasas, plazos y otras condiciones beneficiosas para el prestatario, conlleva en su interior el riesgo de severas distorsiones, originadas en inadecuadas tecnologías y, peor, mala apreciación de las características intrínsecas en que opera la demanda, volviendo avislumbrarse el fantasma de la crisis que sufrió el sector microfinanciero en el 2000, que le costó casi cuatro años poder superar.
Desde el punto de vista de su expansión, el microcrédito y los servicios financieros y no financieros auxiliares al crédito, reportan tasas elevadas de crecimiento, y las captaciones, en miles de dólares americanos, de las entidades reguladas y afiliadas a la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin).
Prácticamente hasta mediados de esta década, las entidades microfinancieras se caracterizaban por ser mucho más colocadoras que captadoras, fondeándose con recursos de capital, financiamiento de entidades de segundo piso, préstamos y donaciones del exterior.
IMPORTANCIA DEL MICROAHORRO
Empero, estudios afirman que : “gracias al éxito de los programas de micro ahorro, las captaciones se han ido acercando a las colocaciones, por lo que el fondeo de las entidades microfinancieras cada vez depende más de recursos del público, reemplazando a los menguantes préstamos y donaciones del exterior, aspecto que está llevando a varias ONGs y Cooperativas cerradas a acogerse a la regulación de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), con lo que se convertirán en instituciones autorizadas a captar recursos del público.
Ese crecimiento sostenido en cartera y captaciones, también se ha reflejado en un cada vez mayor número de clientes en las entidades microfinancieras.
En el caso de demanda de crédito, los clientes se han incrementado en el último quinquenio en un 16% en promedio; entretanto, los clientes de captaciones crecieron en un promedio anual del 41%, haciendo que esas entidades tengan aperturadas más de1.67 millones de cuentas.
COLOCACIÓN DE ENTIDADES
En el caso de las colocaciones a la cartera de las entidades reguladas debe sumarse de aquellas que operan bajo autorregulación y, en su mayoría, buscan ser reguladas por la ASFI.
Éstas son de un número desconocido, pero creciente de oferentes unipersonales o constituidos como empresas comerciales, cuyas operaciones están generando un peligroso proceso de sobre-endeudamiento de los clientes de microcréditos.
LA MORA
Respecto a la mora, ésta ha ido descendiendo paulatinamente, como resultado de la mejor adecuación de las tecnologías crediticias a los mercados meta. Mientras que en la crisis del microcrédito de 2000 la mora llegó al 12,1 por ciento de la cartera de las entidades microfinancieras reguladas, fue cayendo hasta alcanzar el 1,1 por ciento el 2007 y, luego de un pequeño repunte, caer al 1,03 por ciento en diciembre de 2009.
ASIGNATURAS PENDIENTES
Milenio identifica dos asignaturas pendientes de las microfinanzas: La primera, ampliar su presencia en el área rural, donde operan menos de un tercio de las oficinas de las entidades reguladas y menos de la mitad de las no reguladas; lo que exigirá no solamente presencia física, sino desarrollo de productos financieros y auxiliares a los financieros, adecuados a los ciclos productivos de los diversos pisos ecológicos del país. La segunda, incentivar el empleo de las reservas en actividades económicas sostenibles; ya se ha dado el primer paso con un programa que desarrollan el BID y FIE, pero falta mucho por lograr en sentido que el microahorro originado en las remesas de bolivianos que trabajan en el exterior, generen valor productivo para quienes envían esos recursos y para quienes son beneficiarios en Bolivia.
SEÑAL DE ALERTA
Una señal de alerta para la industria microfinanciera es el freno que está experimentando la expansión de las colocaciones, haciendo pensar que se estaría llegando al tope de la capacidad de colocación y a un peligroso sobreendeudamiento de los clientes. Empero, si se atacan exitosamente las asignaturas pendientes arriba señaladas, probablemente se abra un interesante espacio de demanda insatisfecha. Pero los riesgos que se observan en la oferta no son las únicas amenazas para la industria microfinanciera. Desde el año pasado, Bolivia ha perdido su condición de líder en el ránking “Microscopio”, que cada año realizan el BID y la revista inglesa The Economist. La pérdida de esa condición, a favor de Perú, se debe a los riesgos que se perciben por el incremento de la inseguridad jurídica y la sobrerregulación en el sector financiero, males que tienden a agudizarse con las medidas que están tomando el Gobierno central y la autoridad reguladora.
En el primer caso, se observa la voluntad gubernamental de intervenir sobre las tasas de interés, presionando sin base técnica a la caída de la tasa activa y el incentivo a la creación de entidades financieras con participación de capitales públicos, cooperativos o comunitarios. El segundo riesgo, la sobrerregulación, no solamente encarece las operaciones financieras, sino que desincentiva peligrosamente el ingreso de nuevos inversionistas a las entidades microfinancieras, elevando el costo de fondeo y afectando a los índices de adecuación patrimonial de esas entidades.
0 Comentarios