La gestión contable de YPFB

La deficiente gestión empresarial en YPFB no sólo se debe a la improvisación de sus ejecutivos que no han podido implementar un sistema integrado de contabilidad, se debe también a la terquedad del Ministerio de Economía y Finanzas por controlar todos los recursos y gastos de YPFB.

El Sistema de Información de Gestión y Modernización Administrativa (SIGMA) es un sistema del Ministerio de Economía para el registro de presupuestos y de asignación de cuotas de gasto a todas las entidades del Estado, las que contra esas cuotas ejecutan sus gastos previa autorización electrónica de dicho Ministerio. Este sistema está diseñado para las entidades del Estado que no generan ingresos productivos.

Los informes de auditoría externa a los estados financieros de YPFB reiteradamente han observado la parcialidad de sus registros contables debido a que el SIGMA no es aplicable a empresas como YPFB, y el Ministerio tampoco pudo adecuarlo, aunque desde hace años hay la intención de desarrollar un SIGMA empresarial para YPFB. Pese a los reparos descritos y cuando la empresa dejó de ser operativa, se empezó a aplicar el sistema junto con la Cuenta Única del Tesoro (CUT), que centralizó todos los recursos de YPFB en el TGN, sin ninguna consideración a la oposición de los ejecutivos de entonces.

Los registros contables parciales han dado lugar a que los Estados de Ejecución Presupuestaria y de Recursos y Gastos no sean confiables ni consistentes con los Estados de Resultados de la empresa.

Sin embargo, ahora, después de cinco años de administración de un Gobierno que basa su gestión en los recursos generados por el sector petrolero, se persiste en aplicar un sistema de administración incorrecto que interfiere con las actividades de una empresa operativa.

Las falencias se ven agravadas al constatar que en el interior de YPFB tampoco hay un sistema integrado de contabilidad que permita conciliar las cuentas ni de las distintas reparticiones de la oficina matriz ni de sus subsidiarias. Este último factor determina que permanentemente se encuentren diferencias entre los registros contables y la información de las instancias operativas. Como no existe una adecuada interrelación entre las unidades, la información contable no es conciliada con la información física.

Una prueba patética de lo dicho son los balances de producción, de entrega y comercialización de los distintos productos, desde crudo hasta refinados, que tienen diferencias tan grandes entre los saldos iniciales y finales que ni los auditores pueden establecer si los volúmenes de cada uno de ellos han sido entregados, distribuidos, exportados o comercializados. Lo mismo sucede con las obras en ejecución, que en muchos casos no están activadas contablemente.

Otro tanto sucede con el sistema de costos, que es tan deficiente que no se conoce el costo real de los distintos productos, haciendo que en muchos casos los carburantes estén subvaluados y en otros, sobrevaluados, porque las gerencias operativas no están integradas con las unidades de finanzas y de contabilidad. Lo mismo sucede con las importaciones y las exportaciones, no pudiendo verificarse los volúmenes importados o exportados, los recibidos, ni los saldos disponibles. Por ejemplo, se ha constatado que en los costos de exportaciones de crudo reconstituido no se incluyeron los costos de transporte de la ex Transredes, por lo que el cálculo de costos estuvo subvalorado.

El escenario descrito impide saber si las gerencias operativas de YPFB Oficina Matriz, tales como la de Comercialización, la de Redes y Ductos, la de Exploración y Explotación son o no rentables, y si no lo fuesen, con qué recursos subsidian sus operaciones.

Si los estados financieros de la propia oficina matriz de YPFB no se encuentran integrados y por lo mismo no son confiables, más lejana aún es la posibilidad de integrarlos con los de sus subsidiarias, por lo que la figura de YPFB Corporativo es una ficción.

Ingeniero petroquímico

Hugo Del Granado Cosío
 

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