A tiempo de recalcar la importancia que tiene implementar un nuevo sistema de riesgos en la Aduana con el fin de que sea una herramienta de mayor control y facilitacion en el proceso de comercio exterior, el presidente del IBCE, Ing. Pablo Antelo Gil, dio a conocer en el foro de Gestión de Riesgos que "Otra Bolivia es posible", siempre y cuando todos podamos participar y trabajar juntos, construyendo y apoyando a la Aduana Nacional. Conozca su dirscurso.
Apreciados amigos y amigas que nos acompañan en este primer Foro del año, que con enorme satisfacción tenemos a bien organizarlo hoy junto a nuestra Aduana Nacional de Bolivia, tengan todos Uds. muy buenos días.
Deseo manifestar nuestro beneplácito institucional por contar con la presencia de la Presidenta Ad Ínterim de nuestra Aduana Nacional, Lic. Marlene Ardaya Vásquez, agradeciéndole profundamente por la co-organización de este Foro.
Saludo también la presencia del Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Lic. Daniel Sánchez Solíz, y le agradezco por su respaldo institucional a este Foro. De igual manera, saludo al Presidente de la Cámara Nacional de Despachantes de Aduanas -y Director del IBCE- Lic. Pablo Mier Garrón, por estar presente en este encuentro, como no podía ser de otra manera.
Como siempre, nuestra eterna gratitud para el Moderador vitalicio de este Foro, Emb. Marcelo Pérez Monasterios -un gran amigo del IBCE- y para los representantes del sector público y de la sociedad civil, presentes en este recinto.
Finalmente, nuestro profundo agradecimiento para los amigos de la prensa, garantes de que este espacio público funcione bien y que cumpla su cometido.
La temática que nos convoca hoy es sumamente importante para el país. Si queremos que Bolivia se desarrolle, tenemos que ver la forma cómo la producción y el comercio exterior se desenvuelvan dentro de la formalidad y la legalidad, y nuestra Aduana Nacional puede ser coadyuvante al efecto.
Por eso, así como el 2010 abrimos el ciclo de Foros en La Paz justamente con la Aduana Nacional de Bolivia, no es casualidad que hoy ocurra lo mismo, porque es necesario. Y, como dijimos el pasado año, venimos también hoy con el ánimo de ayudar, aportar y proponer soluciones a una temática que de por sí es intrincada. No venimos a criticar a instituciones o personas, sino a aportar con ideas para que nuestra Aduana Nacional haga lo que tiene que hacer para beneficio del país.
No soy un experto en Aduanas, pero como empresario sé de la enorme importancia que tiene la Aduana Nacional, tanto en lo que hace al combate del contrabando –hoy por hoy, no solo de entrada sino también de salida- así como, a través de la agilidad de su tarea, a fin de generar las condiciones apropiadas para incentivar cada vez más, la legalidad del comercio importador y exportador.
Recientemente tuve la oportunidad de leer a un especialista sobre “administración de riesgos” y he llegado a comprender que un sistema así puede ser un instrumento para la facilitación aduanera, que es el tema que hemos propuesto para el debate de la fecha.
Todos soñamos –y debemos estar dispuestos a ayudar para que ello ocurra- que en breve podamos contar con una “Aduana del Siglo XXI”, para hacer el comercio más fluido a través de una plataforma de servicios que al mismo tiempo que oriente en el marco normativo aduanero, facilite el comercio exterior legal.
Sabemos que el contrabando es una problemática de difícil pero no imposible solución. Frente a ello, no solo aspiramos a tener una Aduana y un Control Operativo Aduanero con un mejor presupuesto, logística y capacidad técnica –para así poderles exigir más- o una Fuerza Especial de Combate al Contrabando, sabiendo que tal actividad es un delito, sino la implementación de un Sistema de Gestión de Riesgo con tecnología informática de punta a fin de detectar –antes de que lo hagan- a quienes se empeñan en burlar la Ley.
Propiciar el intercambio de información entre aduanas, y mucho mejor, tener Aduanas Integradas así como Consejos Mixtos Público-Privados de Trabajo con expertos en la materia, ayudaría al propósito de enfrentar el fraude aduanero y otros ilícitos, detectando a través del perfilamiento del riesgo, tráficos y medios de transporte en la ilegalidad, sin que esto pueda significar en el futuro el entorpecimiento del comercio, sino todo lo contrario.
Para ello, contar con “indicadores de riesgo” de orden estadístico, arancelario, de origen, valores históricos, de operadores económicos, modos de transporte, rutas de tránsito, registros de importación y exportación, entre otros para su correspondiente análisis, coadyuvaría a impedir el intento de evadir tributos, incurrir en contrabando físico o técnico, fraudes e ilícitos. Y esto, no solo por el interés fiscal sino para salvaguardar la salud, el medioambiente, resguardar a la industria y la producción nacional, así como la seguridad misma del Estado.
Esperamos que el Sistema de Gestión de Riesgo que nuestra Aduana Nacional vaya a implementar apunte a una mayor facilitación del comercio exterior –ya hemos visto avances en este campo- pero precisamos una mayor agilización del despacho aduanero, menores costos, informatización del proceso –en suma- hacer la vida más fácil a quienes quieren operar en la legalidad, así como también para aumentar la “sensación de riesgo” en contra de quienes insisten en delinquir.
Hemos estado haciendo un seguimiento cercano a la labor de la Presidenta de nuestra Aduana a lo largo del primer año de su gestión, y nos hemos reunido varias veces con ella y con sus principales ejecutivos, tratando siempre de ayudar. Somos conscientes que el trabajo es arduo y no siempre bien comprendido, porque hay muchos intereses que se pueden afectar, sin embargo, por el bien del país hay que seguir adelante aún a costa del sacrificio personal.
Estimada Presidenta, conocemos de su determinación y su tenacidad –no por nada ha sido Ud. llamada en su momento, la “Dama de Hierro”- no se detenga. Quienes vimos su trabajo en el Servicio de Impuestos Internos, estamos aquí para respaldarla. La tarea no es fácil, sin embargo, las montañas se han hecho para escalarlas, y los problemas para superarlos. Tenga fe, que Dios le ayudará a salir adelante en la enorme tarea de forjar esa Aduana que todos queremos.
Para concluir -y casi terminando ya el próximo mes de marzo mis dos años como Presidente del IBCE- a tiempo de reiterar a ustedes el agradecimiento por su respuesta a las periódicas convocatorias de nuestra institución, quisiera dejarles el mensaje de que “otra Bolivia es posible”. Una Bolivia con justicia y equidad. Con inclusión social y oportunidades para todos. Una Bolivia productiva y exportadora. Sin odios ni heridas. Una Bolivia donde, si todos los bolivianos creyéramos en ello y nos propusiéramos cambiar para las cosas bien -haciéndolo juntos- todo sería mucho más fácil. Las instituciones son un puntal del desarrollo. La Aduana Nacional de Bolivia precisa de nuestro apoyo. No destruyamos lo construido. Mas bien, con amplitud de espíritu, contribuyamos a fortalecerla. Muchas gracias.
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