Las Organizaciones Económicas Campesinas (Oeca) temen que con la nueva Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, o las autoridades originarias de las comunidades o las centrales sindicales campesinas “intervengan” de alguna manera dichas asociaciones de productores. Es el temor del directivo de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas (CIOEC), Primo Nina.
“Tenemos una Coraca en Guayaramerín, en recolección de castaña y chocolate; no es toda la comunidad; pero qué pasa: la central campesina de ahí intervino y le quita todo a los productores. Consideramos que va a suceder lo mismo, porque estas asociaciones (productivas) tienen su infraestructura y equipamiento, avanzaron, pero con la nueva ley tenemos miedo de que suceda lo que está sucediendo en algunos lugares, que la central (campesina) o la autoridad originaria de la comunidad intervenga y quite toda la infraestructura de la asociación”.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Roberto Coraite, descarta esa eventual injerencia; por el contrario, dice que la ley toma en cuenta a las organizaciones económicas campesinas.
“No hemos dicho nada de ellas (las Oeca); ellas están tomadas en cuenta como asociaciones, como pequeñas organizaciones económicas. Por lo tanto, siguen su curso, no necesitan nada ; nosotros no hemos dicho que no se toman en cuenta, nada de eso; ellos están tomados en cuenta dentro de la ley y, por lo tanto, siguen su curso”, asegura el dirigente campesino.
Nina admite que la Ley de Revolución Productiva tiene grandes avances en lo relativo a las necesidades que tienen los productores agrícolas.
Sin embargo, dice que le preocupa una futura sobreposición de la nueva Organización Económica Comunitaria (Oecom) sobre la Organización Económica Campesina (Oeca). “El problema con esta ley (de Revolución Productiva Comunitaria) es que con la creación de la Organización Económica Comunitaria hace desaparecer a las asociaciones económicas campesinas”.
Las Oeca, destaca Nina, tienen una larga historia, de por lo menos 50 años; tienen su origen en las primeras cooperativas rurales, las antiguas corporaciones agropecuarias campesinas (Coraca), y la diversidad de asociaciones de productores.
Las actuales Oeca se encuentran agrupadas en la Coordinadora de Integración de las Organizaciones Económicas Campesinas (CIOEC) y cuentan con al menos 778 organizaciones afiliadas en todo el país.
Por otro lado, el dirigente Nina también advierte que el sistema rotativo de las autoridades originarias (que se turnan de año en año) no siempre se adecúa al manejo administrativo que necesita una asociación productiva: “Las autoridades originarias en cada comunidad son electas por turno y por un año, y eso no lleva a la sostenibilidad”.
Las autoridades originarias de la comunidad o las centrales sindicales campesinas son elegidas para representar a la comunidad sobre todo en los aspectos sociales y no para administrar ninguna actividad productiva, señala Nina.
Por esta razón, el directivo prevé que de tensionarse las relaciones entre las asociaciones de productores y las nuevas Oecom, la actual actividad económica campesina sufrirá una eventual recaída.
Por esta razón, el directivo prevé que de tensionarse las relaciones entre las asociaciones de productores y las nuevas Oecom, la actual actividad económica campesina sufrirá una eventual recaída.
Nina reconoce que hay rubros económicos en los que la comunidad se identifica más o menos completamente con la asociación productiva, que casi son lo mismo. Es el caso de los productores de camélidos andinos del departamento de Oruro.
Pero estos casos son la excepción, porque la mayor parte de las veces lo que prima es la diversidad de asociaciones al interior de la comunidad. “Si toda la comunidad está de acuerdo, funciona, también hay esas experiencias; pero en otros lugares los habitantes de la comunidad son diversos: unos producen papa, otros haba, otros son artesanos”.
VISIBILIZAR. Para Roberto Coraite, la ley lo único que hace es hacer visible la antigua potencialidad económica de la comunidad.
Pero estos casos son la excepción, porque la mayor parte de las veces lo que prima es la diversidad de asociaciones al interior de la comunidad. “Si toda la comunidad está de acuerdo, funciona, también hay esas experiencias; pero en otros lugares los habitantes de la comunidad son diversos: unos producen papa, otros haba, otros son artesanos”.
VISIBILIZAR. Para Roberto Coraite, la ley lo único que hace es hacer visible la antigua potencialidad económica de la comunidad.
“Antes, las comunidades económicas campesinas, que producían, estaban invisibilizadas, desde esta ley (de Revolución Productiva) ya no están invisibilizadas, más al contrario están vigentes y forman parte de la economía plural”, recuerda.
Explica que el Pacto de Unidad y el Gobierno ya iniciaron las reuniones para elaborar la reglamentación de la nueva Ley de Revolución Productiva, para la cual, se anunció, se necesitará al menos 10 reglamentos. Los primeros cuatro estarán listos, dijo, el mes de agosto.
Explica que el Pacto de Unidad y el Gobierno ya iniciaron las reuniones para elaborar la reglamentación de la nueva Ley de Revolución Productiva, para la cual, se anunció, se necesitará al menos 10 reglamentos. Los primeros cuatro estarán listos, dijo, el mes de agosto.
De todos modos, el debate aún comienza, y muy conflictuado.
Alianzas estratégicas en la comunidad
La relación entre las organizaciones económicas y la comunidad fue largamente debatida en la preparación de la nueva Ley de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, revela el ministro de la Presidencia, Carlos Romero Bonifaz.
En este sentido, dice, lo que en primer lugar se busca es la complementariedad, “alianzas estratégicas”, entre la diversidad de organizaciones económicas, sociales y comunitarias. “Porque sería poco realista que la comunidad subordine a las otras dinámicas productivas”.
En este sentido, dice, lo que en primer lugar se busca es la complementariedad, “alianzas estratégicas”, entre la diversidad de organizaciones económicas, sociales y comunitarias. “Porque sería poco realista que la comunidad subordine a las otras dinámicas productivas”.
En relación a los Consejos Económicos Productivos, entidades de gestión de la Revolución Productiva creadas por la ley, el ministro Romero afirma que estos consejos sobre todo deben ser instancias de coordinación, antes que nuevas formas de dirección comunal más o menos estables y permanentes.
“Hay que despejar la idea de que los Consejos Económicos Productivos son más burocracia; podrían caer en eso, pero para evitar esta situación precisamente están los reglamentos”.
Los consejos deberían tener reuniones periódicas semestrales, señala Romero. En todo caso, no deberían ser instancias de las que dependa la aplicación de las políticas agropecuarias, sino por el contrario, “entidades que tengan la capacidad de consensuar dichas políticas para que los operadores estatales las lleven a cabo”.
Los Consejos Económicos Productivos, que estarán en todos los niveles de gobierno, deben ser sobre todo mecanismos de consenso y tener una estructura muy flexible”, reflexiona.
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