Miles de personas despidieron al Atlantis con explosión de alegría, incluso lágrimas

Cabo Cañaveral, (EFE).- Con una explosión de alegría, aplausos, lágrimas y el grito “¡Vamos Atlantis!”, las miles de personas apostadas en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, en Florida (EEUU), despidieron ayer al transbordador estadounidense, que partió en su última misión.
El mal tiempo amenazó en los últimos días con arruinar el último lanzamiento de la era de los transbordadores, que después de 30 años, dejarán de ser las naves que Estados Unidos use para llevar carga al espacio y realizar misiones tripuladas.
El día amaneció nublado, pero sin lluvia, lo que fue un alivio para los centenares de personas que acamparon desde el jueves en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, en torno a la carretera US1 o el Space View Park en la cercana localidad de Titusville.
Leve atraso
Los pronósticos meteorológicos auguraban un 70 % de probabilidades negativas para el despegue, pero los técnicos de la NASA aseguraban que la nave estaba “lista para volar” y sus seguidores, venidos de todas partes del mundo, también, y así fue.
Tras un exitoso despegue a las 15.29 GMT, apenas tres minutos después de la hora prevista, el transbordador inició un viaje de más de dos días hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), a la que se espera que se acople el domingo a las 15.06 GMT.
El lanzamiento apenas dura unos segundos, pero queda impreso en la retina de cualquiera que haya tenido la oportunidad de verlo. “También se siente, sientes el calor, la vibración y la luz, la más brillante que he visto nunca”, aseguró a Efe Isabel Lara, una de las 150 personas seleccionadas por la NASA para tuitear la misión final.
Para Lara fue un “momento histórico” y también para reflexionar de lo que es capaz la humanidad que “ha logrado enviar al hombre al Espacio”, que exista “una estación espacial allá, en la que podemos hacer experimentos”.
Gritos de alegría
Los aficionados al Espacio se abrazaron y gritaron de alegría al ver partir al Atlantis dejando tras de sí una densa estela de humo. Un poco más lejos, una joven, que no quiso identificarse por ser trabajadora de la NASA, dijo entre lágrimas: “empecé en la NASA con una beca trabajando para los transbordadores”.
Para Pat Woods también era un día especial ya que formó parte del equipo de ingenieros encargados de la seguridad del Columbia en su misión STS-1. “He visto todos los lanzamientos desde entonces”, recuerda emocionada, “es un día un poco triste, pero también me siento muy honrada de haber trabajado para los transbordadores”.
Todos los presentes contuvieron la respiración cuando un minuto antes pararon el reloj de la cuenta atrás. Desde el terreno, los espectadores buscaban desesperados en sus teléfonos de última generación qué pasaba. Falsa alarma.
Los detectores avisaron que una pieza que debe retirarse antes de salir no se había soltado y tuvieron que recurrir a la visión con cámaras para asegurarse.

0 Comentarios

Publicar un comentario
Noticias Similares : ×