La sopa de maní forma parte del menú típico. Las cocineras se lucen en ferias añadiendo sus “ingredientes secretos”.
La sopa de maní se ganó su espacio entre los platos típicos de Tarija. Por ello no puede faltar en el menú principal en restaurantes de comida tradicional. El sabor y los ingredientes tradicionales de este plato son de preferencia de los propios y extraños que pisan suelo chapaco.
La sopa de maní, junto a otros platos regionales cómo el saice, la ranga ranga, lechón a la olla y el picante de gallina criolla, siempre pueden ser degustados en las ferias de comida, en los mercados de nuestra ciudad y en regiones circundantes en la ciudad cómo ser Tomatitas, San Lorenzo, entre otras.
Según las cocineras que preparan este plato, desde ya mucho tiempo, la sopa de maní requiere de una preparación de dos horas y el uso de ingredientes “especiales” para darle el toque y sabor característico a este alimento.
La señora Nicolasa Ríos Miranda, quien vende comida en el Mercado Central hace 30 treinta años, afirma que el secreto para preparar la sopa de maní es moler el grano en un batán de piedra, porque molerlo en la licuadora “no le da el mismo sabor” y la sopa tampoco llega a espesar. Otro de los secretos es colocar hueso de res y también carne de ganilla criolla para que le dé un toque diferente al sabor de este delicioso alimento. La sopa que ella prepara es con arroz y no con fideo, otra de las características importantes para darle otro “gustito” a su plato.
Nicolasa cuenta que la sopa de maní es uno de los platos que siempre se terminan temprano al medio día en el Mercado Central, puesto que la gente lo busca para degustarlo como parte de su almuerzo.
Doña “Nico”, como le dicen de cariño, también prepara sopa de arroz y picante de gallina, para ofrecer a “sus clientes”, quienes ya conocen “la calidad de comida” que presenta cada día en el centro de abasto esta experimentada cocinera. La Alcaldía la condecoró por los años que está trabajando en el Mercado Central.
Otra de las experimentadas cocineras que nos dio su secreto fue la señora Eulalia Jerez Arenas, quien prepara comida desde hace 40 años como sustento familiar, porque es padre y madre para sus cuatro hijos. Ella asegura que otro de los secretos para preparar una buena sopa de maní, es hacer coser este ingrediente en agua durante dos horas, “para que a la gente no le haga mal el maní crudo”. Otro de los secretos es colocar al preparado, carne de gallina, pero “tiene que ser criolla”. Eulalia se levanta a las cuatro de la mañana para preparar los alimentos que venderá en las ferias de comida que se instalan en diferentes puntos de la ciudad cada fin de semana.
La señora Cira Montero, quien cocina desde su juventud como un medio para mantenerse, también indica que otro de los ingredientes que le dan un toque especial al momento de servir la sopa de maní, es acompañarla con perejil y con papas fritas. Cira asegura también que el maní tiene que ser molido en la piedra y no en la licuadora, ingrediente que lo hace hervir en agua, luego le echa el pollo, cebolla, otras verduras, sal y otros ingredientes más que ayudan a mejorar el sabor de la sopa.
“No le puedo decir cómo se prepara la sopa de maní porque es mi secreto”, ríe doña Patricia Ortega, quien cocina para ganarse la vida desde hace 14 años y cuyo puesto de venta es bien visitado por los comensales. Ella asegura que es “conocida” porque comercializa sus alimentos en la fiesta de San Roque, en la fiesta de Santa Anita, el Carnaval y en ferias gastronómicas que se instalan por distintos lugares de la ciudad.
APUNTE
Ingredientes tradicionales para una rica sopa de maní
La carne a usarse debe ser de gallina criolla. El maní no debe molerse en una licuadora, debe ser molido en un batán de piedra y además debe ser cocido durante dos horas para que espese y no sea pesado para el estómago. Además de la carne de pollo, debe usarse hueso de res, para que ayude a espesar. Al final se puede agregar perejil crudo y papas fritas.
El Dato.-
La señora Eulalia Jerez Arenas prepara sopa de maní desde hace 40 años. Nadie le enseñó a prepararla, ella aprendió viendo a otras personas cocinar y luego utilizó su imaginación para darle un gusto particular.
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