Bradley, de 25 años, es la savia nueva que tanto reclamaba la gran potencia del golf mundial tras las vicisitudes de Tiger Woods.
Su figura escapa del anonimato de manera temprana y encuentra el camino hacia una nueva vida profesional gracias a la gran victoria en el Campeonato de la PGA, consumada tras un desempate en los tres últimos hoyos del estresante Atlanta Athletic Club.
Su compatriota Jason Dufner, que manejaba una renta de cinco golpes en los últimos cuatro hoyos del torneo, fue el damnificado en el duelo final por alcanzar la gloria.
El inexpresivo Dufner dilapidó esa jugosa renta, con un pulso tembloroso en la recta final. Dufner sucumbió con todas las de la ley frente a Bradley en el desempate, por un solitario golpe.
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